Vaya afición de cachondos...
EL CAMINO DE ESPAÑA HACIA EL ORO: LA FASE FINAL
Con apenas un día de descanso, España se presentó en los cuartos de final ante la potente selección francesa. El equipo galo dominó sin ningún problema las dos primeras fases, llegando invicto al crucial cruce de cuartos. Pero no todo fue bonito en su trayectoria. En el último partido ante la selección griega, el francés De Colo anotó una canasta en los instantes finales, lo que le daba a Francia el liderato de grupo. Y eso fue una acción muy polémica y discutida. Sus compañeros no se lo creían y estaban decepcionados. Los griegos sonreían. ¿Por qué? Porque ninguno de los dos quería enfrentarse a España, porque temían a los actuales campeones del mundo. Nunca antes en la historia se había celebrado tanto una derrota y lamentado una victoria, y todo porque a pesar de que España no estaba mostrando su mejor cara, ambas selecciones seguían temiendo el potencial del equipo de Sergio Scariolo.
España llegaba con la confianza recuperada, teniendo fases de juego que llegaron a la brillantez de los grandes torneos anteriores. Eran cautos y precavidos, porque después de sufrir tanto en las dos primeras fases, nadie les consideraba grandes favoritos. Se preveía un duelo de cuartos de poder a poder.
FRANCIA 66- ESPAÑA 86
Ricky marca a Parker con clase
Nada de lo que todos auguraban sucedió en el encuentro. Ni el teórico cansancio por haber tenido un día menos de descanso apareció en
España, ni la grandeza de
Tony Parker para liderar a
Francia. El partido fue de principio a fin un festival español, que probablemente hiciera el mejor encuentro de todo el torneo.
La combinación española de ataque-defensa fue monumental. Los triples entraban como si tal cosa, con un
Rudy inspirado secundado por el gran
Navarro. Ricky dirigía el juego mejor que nunca y
Reyes y los
Gasol Bros dominaron los aros a su antojo. Si todo esto fue espectacular en el primer período, no digamos la defensa. Intensa como nunca, con marcajes al hombre más que en zona. Y eso es poco habitual.
España se olvidó por completo de esos desajustes defensivos que tantos disgustos les habían dado.
Tony Parker no existió. Todo el mundo le esperaba y el base de los
San Antonio Spurs no tuvo su día, no sacó su varita mágica, no pudo liderar a una
Francia anodina, que sucumbió ante el gran juego de
España, nuestra
España a la que estamos acostumbrados a ver. El marcaje que le hizo
Ricky Rubio en el primer cuarto fue descomunal. No se despegó de él ni un momento, apenas le dejó tirar y pocos pases pudo acertar. Todo el equipo se salió en defensa, pero
Ricky fue el hombre más destacado en este aspecto, realizando un magnífico partido.
Así las cosas,
España se marchaba irremediablemente en el marcador, venciendo por
10 puntos en el
primer cuarto y con
15 en el segundo (32-47). Los más cautos pensaron que el partido no estaba sentenciado ni mucho menos, porque la relajación podía surgir, y ante una selección como la de
Francia eso sería un grave error.
España siguió a lo suyo, defendiendo como sabe y metiéndolas de todos los colores.
Pau Gasol fue la estrella absoluta del partido, anotando
28 puntos. El pívot de
Sant Boi fue la clave del triunfo de
España. Ya en el
último cuarto, España se relajó y los franceses se acercaron en el marcador, pero la exclusión de
Turiaf por faltas personales (el mejor de
Francia con
12 puntos) dio la tranquilidad absoluta. Al final
66-86, +20 para el equipo español que entró en
semifinales por la puerta grande.
ESPAÑA 82- GRECIA 64¿A qué tiene sonrisa de psychokiller?
Para las
semifinales, a
España le tocó el turno de descansar un día más que su rival y ésta vez sí fue algo determinante. El conjunto heleno sólo aguantó el
primer cuarto, ya que poco a poco se fue desmoronando.
Tiempo atrás,
Grecia era un rival temible, un equipo muy físico que muchas veces era ayudado por los árbitros y que solía saldar con victorias los encuentros frente a
España. Pero las cosas han cambiado y como ya sucediera en la
semifinal del Europeo de Madrid '07 y en la gloriosa
final del Mundial de Japón en la que
España arrasó, el equipo de
Scariolo impuso su ley.
El
primer cuarto estuvo muy igualado.
España no estaba fina en defensa y en rebotes mucho menos, una faceta importantísima en la que
Grecia estuvo muy acertado, sobre todo en los ofensivos, propició pequeñas ventajas griegas. Un gran final de cuarto, con dos jugadas de
2+1 de
Rudy y
Pau y un triple de un muy buen
Cabezas, colocó a
España siete arriba.El
segundo cuarto continuó con la misma tónica que el final del primero.
España había recuperado su tono en defensa, demostrando que haciéndolo así, ganan a cualquiera. En ataque seguían los aciertos y se llegaron a diferencias de
+13. Pero en los últimos minutos
Grecia remontaba y se colocaba a tan sólo
9 puntos. Hubo fases del juego en las que
España mostró una gran superioridad, pero las reacciones griegas con
Borousis, Spanoulis y
Schortsianitis a la cabeza, evitaban que
España se despegase en el marcador, lo que parecía realmente justo.
En el
tercer cuarto se rompió el partido definitivamente.
Pau seguía a lo suyo y
Rudy estaba acertado desde el
6,25. Las diferencias fueron cercanas a los
20 puntos y parecía que la victoria ya no se podía escapar.
El
último cuarto sirvió para aumentar aún más la ventaja y para que los suplentes se reivindicaran.
Llull, Cabezas y
Mumbrú brillaron con luz propia, liderando a
España en este
último cuarto en el que se volvió a imponer, superando los
20 puntos de diferencia. Dos buenas noticias en este final de partido, los suplentes rendían a muy buen nivel y los titulares apenas jugaron en esta fase, así estarían más descansados para la gran
final.
ESPAÑA 85- SERBIA 63Scariolo: "ma que he hecho Io?"
Con el juego desplegado en los últimos cuatro partidos,
España llegaba como clara favorita a la final ante
Serbia. Pero no había que fiarse por dos motivos. En las dos últimas finales que disputó el conjunto español en unos
Europeos, salió dormida.
Lituania nos barrió en
2003 y ante
Rusia, con nuestro público en
Madrid, no supimos remachar un partido que estuvo dominado de principio a fin, y terminamos sucumbiendo. Además, los serbios nos habían vencido en el primer encuetro del torneo.
La misma
Serbia no se creía que estaba en la
final. La selección estaba en fase de renovación y se conformaba con ser
4ª ó 5ª. Y se plantó en la
final. Una vez que habían llegado tan lejos, no iban a ponerle las cosas fáciles a
España.
El
primer cuarto sirvió para reafirmar que
la generación de oro del baloncesto español estaba en su mejor momento. Simplemente se salió. Una defensa tan buena o más que contra
Francia y gran acierto en ataque. El
20-7 que reflejaba el marcador era significativo. En ese tiempo,
España anotó cuatro triples por cuatro jugadores distintos:
Navarro, Rudy, Ricky y
Garbajosa. Todo el equipo estaba enchufado, sabían de la importancia de esta
final y así lo demostraron.
El
segundo cuarto fue más de lo mismo.
España seguía dando lo mejor de sí misma, un juego brillante. Doblaron en puntos a los serbios, impotentes. Sólo
Tripkovic aguantaba el vendaval (
15 puntos). Ni,
Tepic, ni
Teodosic, ni
Krstic pudieron hacer algo ante el tornado español. Era un paseo, con un juego arrollador.
Al descanso se llegó con un aplastante
52-29 y la
final estaba prácticamente sentenciada. España aprendió de los errores de la
primera fase y de las últimas finales y se olvidó de la relajación. Todo el equipo impuso su ley.
Gasol, Rudy, Navarro y
Ricky superaron los
10 puntos. Un auténtico recital, un festival español. Ni siquiera la entrada de los suplentes en el
último cuarto se notó. Se llegaron a los
27 puntos de diferencia
(75-48) algo impensable en una gran
final. Raúl López y
Claver tuvieron su premio disfrutando de minutos.
España se dio un auténtico festín ante una impotente
Serbia, que apunta maneras, desde luego, pero le queda mucho trabajo para ser la que fue y conseguir igualar a esta
España.
¡Campeooooones, campeoooooones oé, oé oeeeeee!
El triunfo final fue histórico. Se puso fin a una racha de seis derrotas en otras tantas finales de un
Eurobasket. Por fin se hizo justicia. La mejor selección de la historia de
España ya tiene su
Europeo. Ni las dudas, las disputas con la prensa, ni siquiera la ausencia de
Calderón y la baja forma de
Garbajosa, impidieron que
España reinase en
Europa. Todo salió a pedir de boca.
Revalidar el
título mundial se presenta como una tarea muy complicada. Por eso, no hay que olvidar las malas sensaciones de los cuatro primeros partidos del
Europeo, ni la extensa concentración previa al torneo. Son aspectos a tener en cuenta, que no se deben pasar por alto. Incluso hay quién todavía duda de
Scariolo. El año de separación que hay entre ambos torneos, ha de servir para arreglar todos esos desajustes. Período de reflexión, mejorar lo que ha estado mal. Y todo para hacer que esta
España, sea aún más perfecta de lo que ya ha demostrado con su juego, para aspirar a lograr el
segundo Mundial de baloncesto consecutivo.