miércoles, 28 de julio de 2010

El daño que ha hecho Raúl al mundo del fútbol

Raúl en su despedida


Antes de que se me abalance cualquier raulista y me empiece a llamar de todo, hay que aclarar el título. Porque sí, aunque no lo parezca, Raúl ha hecho mucho daño al fútbol e incluso al deporte general. Y no tiene nada que ver con sus actuaciones deportivas o con su vida fuera de los campos. O porque haya enfrentado a la prensa en dos grupos irreconciliables. O por envidia por sus grandes números. O porque yo sea un culé de mierda que quiere saldar cuentas. Se marcha del Real Madrid y esto ha dado mucho de qué hablar. Homenajes, recordatorio de su carrera, eterno debate sobre lo que ha aportado a este deporte etc. Como eso ya lo ha hecho todo el mundo, yo voy un paso más allá y voy a pormenorizar el por qué de este título.

Su daño ha sido enorme y, por lo visto en los últimos años y viendo lo que viene después, irreparable. Y no por su culpa. Porque es un sosainas. Raúl es un hombre que no tiene precisamente un gran don de la palabra. Esa forma de hablar, tan pausadita, sin vocear, casi susurrando es un auténtico muermo a la hora de escucharle en cualquier rueda de prensa. Un hombre políticamente correcto en sus formas, que no se sale del tiesto. Cierto es que este último aspecto es un clásico en los futbolistas, pero si le añadimos el escaso salero, esas pausas a la hora de hablar, escuchar a Raúl se convierte en un coñazo. Su guiñol era un fiel reflejo de su poca gracia. El sí bueno ¿no? es ya todo un clásico a la hora de imitar al madrileño.

El 7 es el prototipo del deportista con nula oratoria. Su antecesor fue otro madridista, Butragueño, que también era soso a más no poder. Pero, en aquella época, llena de Hierros, Stoichkovs, Schusters y gente que daba un montón de titulares, el Buitre era prácticamente la excepción. Con la llegada de Raúl al mundo del fútbol en 1994, poco a poco se desató la moda del futbolista que resulta infumable mientras habla. Creo que el madridista (lo de ex me parece un insulto, porque el será merengue hasta la muerte) es el prototipo perfecto, el hombre que impulsó la moda de hablar diciendo poco y siendo soporífero. El precursor de la moda. Pasemos lista por otros futbolistas por el estilo (que los hay a patadas).


Si es que tiene hasta cara de soso el hombre...


Valerón. El problema de este hombre no es su poca gracia, es que esa vocecita de niño bueno, si se le añade el acento dulzón canario, no está hecho precisamente para dar discursos. Guti, con su acento pijales que repele a más no poder. Cañizares nunca ha sido otro hombre con estilo hablando, aunque intente mitigarlo por televisión. Silva, otro canario pero no con una voz tan aguda como Valerón. Vaya, parece que a los canarios les ha caído la china, pero yo no tengo la culpa de que la combinación soseras-canaria sea insulsa. Torres es otro claro ejemplo de monotonía. Y los cracks argentinos. Porque escuchar Agüero cansa mucho y no digamos a Messi, otro hombre con esa vocecita incapaz de llegar a la verborrea de Eto'o. Y luego tenemos el caso aparte, que es Iniesta. Si ya tiene ese tono de voz, encima el hombre es muy tímido. Un crack (como todos los que he nombrado) pero que fuera es alguien anodino, debido a su escasez de labia. Poca chispa. Hay otros doscientos mil ejemplos, estos son sólo algunos.

Fuera del fútbol, hay tres claros exponentes de ases del deporte pero que no lo son a la hora de ser entrevistados. El primero es Rafa Nadal. Y mira que lo intenta, que se quiere quitar la timidez de encima, pero no puede. Demasiada pausa. O por ejemplo, el reciente ganador del Tour, Contador, que de palique tampoco anda muy fino. Pero el que les supera es Dani Pedrosa. Es como Iniesta. Mira que los dos parecen buenos chavales, que es muy difícil que se salgan del guión, pero en una carrera por ver quién es más soso de los dos, creo que sería imposible decantarse por uno. Pedrosa es otro que habla con ese deje cansino, como de profesor que da la brasa habla bajito y sigue a lo suyo.

Esto no es más que un muestrario de la moda que se ha impuesto en el mundo del deporte. Una tónica general no ya llena de tópicos, sino de cansinez cuando hay que darle a la lengua. Y Raúl ha sido el estandarte de ello. Un hombre que es un icono, que una generación se ha mirado en su espejo y le imitan en todo. Hay que imitar lo bueno de los mejores, pero no lo malo. ¡Basta ya de imitadores de Raúl, por favor! Tanta poca sustancia hablando es muy pesada.

Espero que este artículo se tome como es, un artículo jocoso, de chanza y viva la pepa. Con algo de ironía y un poco de mala baba. Porque no se les pide a estos deportistas que sean unos genios hablando, para eso que se hagan políticos. Ni son mala gente por tener esa forma de hablar. No es su culpa, son naturales y se expresan como buenamente pueden. Pero la despedida de Raúl, continuador de la forma de expresión de Butragueño e iniciador del prototipo de deportista parco en palabras, era la ocasión inmejorable de hablar de todo este colectivo. El impacto de la insulsez ha sido enorme, como el Crack del '29. Ojalá esta moda cambie, un poquito más de chicha siempre nos ha gustado más a todos.

lunes, 26 de julio de 2010

Contador VS Schleck: Un duelo para muchos años

Schleck, Contador y Menchov en el podio de París


Este domingo, el ciclista español del conjunto Astaná, Alberto Contador, se ha proclamado por tercera vez como vencedor del Tour de Francia, la mítica ronda gala ciclista, la vuelta por etapas más prestigiosa del mundo. Tres entorchados en una meta difícil de la que pocos pueden presumir, pero esta edición del Tour no sólo consagra a Contador como uno de los grandes ciclistas de la historia en esta ronda, sino que supone algo más: su duelo con Andy Schleck se aventura como uno de los más largos, de esos que pasarán a la historia del ciclismo.

En los Tours de Francia siempre ha habido una enorme rivalidad. Los grandes campeones siempre se han encontrado con ciclistas a su altura, que luchaban de igual a igual. En algunas ocasiones con mejor o peor suerte, estos corredores quizá no tengan tanto nombre como los más laureados, pero su nombre queda en la historia. Así, Jacques Anquetil se las veía con Federico Martín Bahamontes o Raymond Poulidor, ese ciclista que ha subido ocho veces al cajón pero que nunca ha logrado la victoria. Eddy Merckx se las tenía que ver con Luis Ocaña, Joop Zoetemelk, Van Impe o el propio Poulidor. O los míticos duelos de los ochenta entre los franceses Bernard Hinault y Laurent Fignon o las luchas encarnizadas entre Greg Lemond, Stephen Roche y Pedro Delgado. Llegando a los '90 Miguel Induraín lidiaba con los italianos Claudio Chiappucci y Gianni Bugno o los suizos Tony Rominger y Alex Zülle. Por último, Lance Armstrong que, aunque parecía que ganaba con demasiada sobradez (la sombra del dopaje sigue siendo un tema de discusión en la figura del norteamericano) siempre ha tenido grandes rivales como Jan Üllrich, Marco Pantani, Iván Basso o Joseba Beloki.

En la actualidad, la lucha por el Tour es más bicéfala que nunca. La diferencia de apenas 39 segundos entre Contador y Schleck así lo confirma. Es la segunda vez consecutiva que los dos repiten posiciones y teniendo el corredor de Pinto 27 años y el luxemburgués 25, todo hace presagiar que ambos tienen cuerda para rato y que sus duelos seguirán engrandeciendo el nombre de un deporte denostado por la lacra del dopaje, pero que siempre ha sido muy bello como es el ciclismo.


El abrazo entre los dos grandes


Esta edición del Tour ha sido extraña en todos los sentidos- el ganador no ha logrado ni una etapa- y no exenta de polémica. Se ha debatido mucho sobre el fair-play en este deporte, es decir, el dilema moral de esperar o no a un ciclista si sufre una caída o una avería. Pues bien, muchos criticaron a Contador porque no esperó a su amigo y rival Schleck cuando a éste se le soltó la cadena de la bicicleta en la etapa que finalizó en Bagnères de Luchon. La diferencia que sacó el madrileño fue de 39 segundos, quedando líder con ocho de ventaja sobre el corredor de Saxo Bank. Así perdió el Tour Schleck, aunque Alberto le sacaría el mismo tiempo que tenía de diferencia Andy en la contrarreloj del sábado. Lo cierto es que esa etapa fue clave. El luxemburgués movió la carrera, se le veía con mucha fuerza y pudo hacer daño para dejar el Tour en franquía. Otro handicap para Schleck fue la baja de su hermano Frank, que se rompió la clavícula y era su aliado perfecto. Aunque es evidente que, si esto no hubiera sucedido así, la forma de corredor del madrileño hubiera sido diferente, más agresiva y menos conservadora. En la etapa que finalizó en el mítico Tourmalet, llegaron juntos, cediendo Alberto la victoria a Andy, aunque fue de manera un poco lamentable (no por no disputarla, sino la forma de la llegada, por un tubular).

Todos los grandes ciclistas han coincidido en el diagnóstico: el fair-play en el ciclismo no debe existir. Nunca se ha hecho, nunca se ha esperado a otro corredor- sólo en una ocasión, Üllrich esperó a Armstrong- y es estúpido hacerlo porque en otros deportes como en automovilismo o motociclismo no se hace. La polémica pues, no tiene demasiado sentido. Lo cierto es que Schleck no ha sido capaz de vencer al corredor de Astaná en un Tour donde estaba más fuerte en diferentes etapas y Contador no estaba tan fino como en ediciones anteriores. Puede ser que ésta haya sido su gran oportunidad de derrotarle y no ha podido, pero aventurar que el sensacional corredor luxemburgués no ganará un Tour, es precipitado. En la montaña están parejos y en contrarreloj Contador es superior, aunque el líder del Saxo Bank ha hecho la crono de su vida.

Alberto Contador ya es uno de los grandes ciclistas de la historia de España. Un magnífico corredor, que domina la montaña y la lucha contra el cronómetro. Y buen tipo, porque el madrileño es de los que cae bien. Le ha costado mucho ganar su tercer Tour y es porque tiene un gran rival. Hay duelo para, ojalá, muchos años, para seguir disfrutando de los Tour de Francia y que, poco a poco, el ciclismo vaya volviendo a ser lo que era: un gran deporte de lucha y sacrificio.

jueves, 22 de julio de 2010

Valoraciones del Mundial: Las otras decepciones (II)

Seguimos con las valoraciones del Mundial, pese a que ahora mismo, en la prensa deportiva el gran evento futbolísitco ha pasado a mejor vida y volvemos con el tema de los culebrones del verano. Al margen de las tres grandes decepciones de este Mundial, ha habido otras, quizá menores, pero que hay que reseñar.


El hombre que cambió su selección, sucumbió


Serbia: Era la vuelta a un gran torneo de la antigua Yugoslavia y Serbia y Montenegro, tras no participar en un gran evento de fútbol desde hace diez años, la Eurocopa en Bélgica y Holanda, celebrada en 2000. Su clasificación fue muy buena, dejando a Francia luchando por la repesca. Todo el mundo hablaba de la selección de Radomir Antic como una de las posibles revelaciones, esa selección que parece poca cosa pero que puede triunfar. Estaba en las quinielas no para ganar el torneo, sino para volver a ser una de las grandes del fútbol mundial. Antic ha renovado la selección, con nuevos valores. Pero los Ivanovic, Vidic, Krasic, Kolarov o Zigic se la han pegado en este torneo.

Su grupo era difícil, pero ni siquiera han sido capaces de superarlo cuando se les suponía como una de las grandes alternativas. Toda la esperanza puesta en volver a contemplar a esta gran selección se fue de un plumazo. Primero fue ante Ghana, con un penalty absurdo por mano cometido por Kuzmanovic a falta de cinco minutos lo que les llevó a su primera derrota. Derrotaron contra todo pronóstico a una Alemania que venía eufórica tras vapulear y desarrollar un gran fútbol frente a Australia. Ganaron con apuros, a pesar de que Alemania estuvo con diez injustamente durante casi todo el partido, los germanos asediaron a los serbios. Incluso fallaron un penalty. En el último partido, donde se podían clasificar con una victoria sin importar el otro resultado, perdieron contra la débil Australia por la mínima. Lo cierto es que Serbia tiró de coraje en ese partido y tuvo oportunidades muy claras, pero si no eres capaz de derrotar a los australianos, no se puede estar en Octavos de un Mundial. Serbia ha fracasado, esperemos que esta generación se consolide y siga disputando los grandes torneos, porque al fútbol le hace falta una Serbia potente.


Así cayó Camerún, como el pobre Emaná


El fútbol africano: Salvo la espectacular participación de Ghana, el torneo realizado por los equipos africanos ha sido nefasto. Por primera vez en la historia África acogía un Mundial y todos esperaban que de una vez por todas fuera su torneo. Ha sido el torneo de Ghana, qué duda cabe, una joven y magnífica selección con la que lloró todo el continente por el fallo del penalty de Ghyan. Pero el resto de equipos han sido nefastos.

Empezando por el anfitrión, Sudáfrica. Su grupo era muy difícil, con selecciones como Uruguay, México y Francia. Sucumbieron ante los primeros, empataron frente a los segundos y ganaron con claridad a una patética selección francesa. Salvaron su honor con esta victoria a pesar de sus limitaciones técnicas y su juego pobre de catenaccio. Pero pasarán a la historia como el anfitrión que, por primera vez en la historia de este evento, ha caído en la primera fase. Le sigue Nigeria, otra desastrosa actuación. Si bien los nigerianos ya no son lo que eran y contaban con la baja de Obi Mikel, su torneo ha sido pésimo. Su grupo no era nada del otro mundo salvo Argentina, donde perdieron con orgullo. Una vieja y en horas bajas selección griega les derrotó por la mínima. Incluso con dos derrotas y dándose una carambola de resultados podían acceder a Octavos. Pero sólo pudieron empatar ante Corea del Sur, donde Yakubu falló una clara ocasión que pudo darles la victoria y el pase. Su presidente les ha retirado durante dos años por su pobre actuación. A continuación se encuentra Argelia. Si bien no han decepcionado porque nadie esperaba prácticamente nada de ellos, deben estar aquí porque tampoco han pasado de ronda. Difícil grupo donde sólo sacaron un empate en un partido bochornoso ante Inglaterra, aunque para los argelinos es un éxito. Perdieron el primer partido por un fallo garrafal del portero Chaouchi frente a Eslovenia y cayeron en el último minuto ante EE.UU.

Turno para los dos decepciones africanas que han tenido mayor repercusión. La nefasta actuación de Camerún ha sorprendido a propios y extraños. Tres partidos, tres derrotas. Desde luego que el grupo no era nada fácil, pero una buena selección con tradición como la camerunesa y siendo la última participación de su capitán Eto'o en un Mundial, se les tiene que pedir cuentas. Cayeron ante Japón, después vino Dinamarca y, aunque mostraron orgullo y merecieron por lo menos el empate, perdonaron demasiado. Ya sin nada que hacer, también fueron derrotados por Holanda, que tampoco se jugaba nada. Camerún volvía a un Mundial tras su ausencia en Alemania y se marchó por la puerta de atrás. Y, por último, Costa de Marfil. Vale, estaban en el grupo de la muerte. Pero se esperaba mucho más de ellos. Con Drogba medio lesionado, los hermanos Touré, Kalou o Romaric debieron asumir el mando, pero no lo hicieron. Sólo los detalles de calidad de un jugador desbordante como Gervinho, salvaron la actuación de los marfileños. Empate ante Portugal, donde demostraron más juego y alguna oportunidad más, pero tampoco hicieron un gran partido. Frente a Brasil, si bien la canarinha jugó con la segunda marcha, Costa de Marfil se quedó en punto muerto. La goleada ante Corea del Norte no sirvió de nada. Tremenda decepción la de un equipo del que se esperaba mucho más.


La desesperación de Cristiano es la de todo un país


Portugal: No es que su actuación haya sido mala y estén aquí porque han pasado de las Semifinales de hace cuatro años a los Octavos de esta. Están en este artículo por su juego algo sucio, tosco, aburrido, muy aburrido. Carlos Queiroz se ha dedicado a realizar un equipo físicamente potente, poblar el centro del campo de futbolistas y a jugar a la contra. Defender, defender y defender para buscar contras. Pero si en la punta juega completamente solo Crisitano Ronaldo, por muy crack mundial que lo sea (que lo es) él solito no puede con una defensa de cuatro. Tampoco estaba en su mejor momento y perdía muchas carreras, cierto, pero si bien conseguía zafarse de un defensa, dos a lo sumo, llegaba un tercero que le interceptaba. Era una lucha desigual, por eso el equipo sólo tuvo gol frente a Corea del Norte.

Con Costa de Marfil apenas crearon ocasiones y apunto estuvieron de perder, aunque el empate les valía. Se desquitaron ante los débiles norcoreanos protagonizando la goleada del Mundial con un imponente 7-0. Y, en el último partido de grupo, aburrieron a las ovejas ante Brasil, con un empate a nada lamentable, con un juego lento y torpe. Se enfrentaron a España en Octavos y, si bien resistieron las acometidas de los primeros minutos y tenían el partido donde querían al descanso, terminaron cayendo. Sólo con un gran centro del campo y una defensa sólida no ganas, porque con un solo delantero sin ayudas es difícil crear peligro. Apenas llegaron a la meta de Casillas y, cuando salió Llorente, que fijó su defensa, dejaron los huecos para que España jugase su mejor fútbol. Nada pudieron hacer los portugueses.

jueves, 15 de julio de 2010

Valoraciones del Mundial: Las grandes decepciones (I)

Una sección más, esta vez las conclusiones que hay que sacar tras lo visto durante esta última edición de los Mundiales de Fútbol. Debido a mi enorme vagancia y al escaso interés que puede generar leer lo sucedido en muchos de los partidos del Mundial, apenas he escrito crónicas sobre ello. Pero es evidente que, al margen de España, hay otros muchos aspectos que hay que valorar sobre lo que ha sucedido en este Mundial. Comenzamos con las selecciones que han defraudado a todos, aunque hay otras menores, pero esas estarán en otro artículo.


El gran culpable haciendo el bobo


Francia: Su Mundial ha sido nefasto, probablemente el peor de su historia. Un punto en tres partidos, conseguido frente a Uruguay. Al margen del pobrísimo juego de la selección gala (ya exhibido en la repesca frente a Irlanda) y su pobre imagen dentro del césped, lo peor ha sucedido fuera de él. Su ya ex-técnico Raymond Domenech, es un tipo que ha perdido el norte por completo. Un entrenador que se ganó su crédito tras el gran Mundial realizado en 2006 pero que, por muy finalista que hiciera a la veterana tropa de Zidane y Cía, es incomprensible que haya continuado en el cargo tras una pésima Eurocopa donde también cayó eliminada en primera fase, si bien es cierto que jugaba en el grupo de la muerte frente a Rumanía, Italia y Holanda. No miraba la calidad de los futbolistas a los que podía convocar, los seleccionaba por su horóscopo. De locos. Recibió un montón de críticas por parte de prensa, aficionados y ex-futbolistas. Y pasó lo que tenía que pasar. El polvorín que había allí estalló. Anelka fue expulsado de la concentración tras la derrota ante México, por decirle "vete a tomar por culo, sucio hijo de puta". Si bien el delantero del Chelsea siempre ha sido un maleducado y sus palabras están fuera de lugar, sinceramente, yo le aplaudo, porque le ha dicho a su entrenador a la cara lo que toda Francia piensa de él. Al día siguiente, los jugadores se negaron a entrenar y Evra estuvo a punto de llegar a las manos con el preparador físico.

El tema de la selección francesa es cuestión de Estado. Tal es así que ha habido estos días debate sobre si este grupo de impresentables jugadores es un reflejo de la sociedad francesa. Hasta su primer ministro, Nicolás Sarkozy, se reunió con Thierry Henry para pedir explicaciones. Francia ha tocado fondo y debe regenerarse prácticamente por completo. Su renovación es inminente. Lo mejor que han hecho ha sido contratar al ex- entrenador del Girondins de Burdeos y campeón mundial, Laurent Blanc, que intentará reconducir la deriva por la que marchan les bleus.


La imagen de la desolación: Cannavaro solo y triste.


Italia: La squadra azzurra sí que ha hecho su peor Mundial. Por primera vez en su historia han sido incapaces de pasar de la ronda de grupos. Y tenían un grupo bastante asequible con Paraguay como principal rival, Eslovaquia y Nueva Zelanda. Y han caído de la peor manera posible. Los italianos jamás se plantearán su forma de jugar, siempre jugarán al catenaccio, patadón arriba buscando la contra. Y en los últimos diez minutos, si la cosa está fea, a apretar. Y si pueden ganar en el '90, mejor que mejor. Una vez admitida esa propuesta futbolística que nadie va a poner en duda su funcionamiento en esta selección (cuatro Mundiales la avalan) su problema ha estado en que sus veteranos han sido casi indiscutibles. Los Cannavaro, Zambrotta, Gattuso y Camoranesi ya no están para muchos trotes. Además, su centro del campo es bastante limitado, ni Pepe, ni Montolivo o De Rossi son creativos y, si Lippi deja en el banquillo ha su jugador más creativo, Pirlo y en casa se queda Totti, apaga y vámonos. Además, la ausencia de la lista de un Cassano que ha vuelto a ser el que era tras su mal juego y comportamiento en Madrid, también clama al cielo.

Que empaten con Paraguay pase, es una selección rocosa, segunda en la clasificación de la Conmebol (la confederación suramericana) y que ha cuajado un excelente Mundial. Y ahí, a Buffon se le diagnosticó una hernia, otro contratiempo más, aunque culpar al portero suplente Marchetti de la eliminación transalpina, sería absurdo.Pero empatar de penalty más que dudoso ante la débil Nueva Zelanda y perder con Eslovaquia es imperdonable. Demasiada vieja guardia. No sabían ni qué hacer cuando tenían el balón, siempre se guiaban por la épica. Tendrán que ir renovando poco a poco su selección para volver a sus años exitosos.


Fue un golazo, pero significó el principio del fin


Inglaterra: La otra gran decepción. Las críticas llovieron en 2007 hacia su entrenador, Steve Mclaren (ahora campeón de la Eredivise holandesa con el humilde Twente) cuando su selección fue incapaz de clasificarse para la Eurocopa de 2008. Vino Fabio Capello, un italiano, cuando en una selección tan purista como es la three lions está muy mal visto que el entrenador sea foráneo. Pero su clasificación fue brillante, seguían jugando defensivo pero ganaba con gran autoridad, como un grupo sólido y la última oportunidad de una gran generación de triunfar. Era favorita. Pasó, contra todo pronóstico, como segunda de grupo, empatando ante EE.UU (aunque mereció más) con la cantada de Green, volviendo a estallar el eterno debate sobre la portería inglesa. En un pésimo partido ante la pobre Argelia también cosechó un empate y sólo fue capaz de ganar por la mínima a Eslovenia. Así, se cruzó Alemania en su camino, en Octavos. Y los ingleses naufragaron. No manejaban bien la pelota, intentaban atacar y no sabían. Ni Eriksson, ni Mclaren ni mucho menos Fabio Capello han sabido sacar rendimiento juntos a sus dos puntales, Lampard y Gerrard, siempre jugando muy lejos del área rival, casi como medios defensivos, sin crear peligro. A lo mejor es que no pueden jugar juntos. Wayne Rooney que venía de hacer una gran temporada con su Manchester no marcó ni un gol, haciendo un Mundial desastroso. Con la alegre y potente Alemania pasó lo que tenía que pasar, fracaso estrepitoso. Una goleada sonrrojante, un ridículo espantoso. Ni el gol que fue de Lampard y que no subió al marcador sirvió de excusa en las islas, aunque pudo cambiar el partido, qué duda cabe. Su defensa fue un coladero, ni Terry ni Upson estuvieron nunca en su sitio. La base del sistema de Capello, la defensa, fue patética, algo completamente inesperado. Ni sus equipos saben ya defender. Con este fracaso, deberían quitarle esa prensa amarillista la etiquete de uno de los mejores entrenadores del mundo.

Adiós a una gran generación. Primero se marcharon Beckham y Owen. Ahora lo hacen Gerrard, Lampard y Terry, que pueden llegar a la siguiente Euro, pero no al Mundial de 2014. Su gran problema es que no tiene relevos de garantías. No hay grandes jugadores jóvenes ingleses, salvo Walcott, infrautilizado en este torneo. Inglaterra no está sabiendo cultivar sus canteras, no está sacando jóvenes talentos. Nadie ni mucho menos yo, va a poner el duda el trabajo que realizan los clubes ingleses en las categorías inferiores, su problema es que están buscando jóvenes talentos en el extranjero para formarlos en los clubes de la Premier para que después salten a temprana edad al primer equipo. No se atisban nuevos valores, pero el tiempo lo dirá.

martes, 13 de julio de 2010

Holanda 0- España 1

¡Güiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii ar de cheeeeeeeeeeeeeeeempions!


¡SOMOS LOS PUTOS CAMPEONES DEL MUNDO!

España hace historia y se laza con el Mundial de fútbol por primera vez en su historia. Iniesta, en la prórroga, agónica, desató la eugoria con su gol en el '116. Fue un partido bronco, nada brillante, pero que España tuvo grandes momentos. Holanda se dedicó a no dejar jugar y a practicar un juego violento impropio de su selección. El arbitraje de Webb fue nefasto. España entra en el selecto club de los países que tienen un Mundial.


11
de Julio de 2010. Estadio Soccer City de Johannesburgo. Eran las 22.57. Corría el minuto 116. Segunda parte de la prórroga. Un partido intenso, taquicárdico como pocos. Donde todos hemos sufrido. Torres intenta un pase y rebota en un defensa holandés. Cesc la recoge y pasa al hueco. Y surgió la magia de Don Andrés. Controló el balón, se acomodó y sacó una pequeña volea, pegándola con toda la vieja Furia Española, con el alma de todos los españoles y envió el balón al otro palo, imposible para Stekelenburg. Euforia, éxtasis, locura colectiva, gloria total, un gol histórico... Iniesta se fue corriendo, al córner, mostrando al mundo la dedicatoria al tristemente fallecido Dani Jarque. Algo aún más grandioso que el gol, acordarte de tu amigo perdido en un momento único. Después, Ramos haría lo propio con Puerta. Juro que cuando estaba celebrando el gol no tenía la certeza de si era legal. Parecía que sí, porque nadie dejaba de festejarlo. Tensión y adrenalina liberadas. Por fin, lo podemos decir bien alto: España es Campeona del Mundo de Fútbol.

El partido fue tan tenso como intenso. Un primer cuarto de hora ejemplar de nuestra selección, con ese juego exquisito de toque, posesión total, con ocasiones, parecía que iba a ser un paseo. Holanda hacía alguna falta que otra, pero... todo cambió. La Oranje abandonó sus viejas ideas, sus credenciales que la hicieron grande para practicar el antifútbol. Un partido de trincheras, aunque más bien, los holandeses plagaron de minas el césped. Así, cortaban el juego de España, sin poder circular bien la pelota, sin crear peligro. Holanda no quería jugar y mucho menos quería dejar jugar. Su dureza superó el reglamento. Fue una Holanda violenta como pocas. La patada de kárate de De Jong a Xabi Alonso fue brutal. Van Bommel se dedicó a repartir de lo lindo. Aquello parecía kick-boxing.

Pero los neerlandeses tenían un cómplice: el árbitro (poned vosotros el adjetivo) inglés Howard Webb. Si desde el minuto 1, con aquella entrada de Van Persie hubiera sacado amarilla, hubiera cortado de raíz el juego holandés. No se atrevió. Arbitró con miedo. Si esto no fuera la Final del Mundial, habría expulsado a dos o incluso a tres. Sólo fue Heitinga y tarde. Ya no sólo las rojas, simplemente es cuestión de criterio. No es normal que un equipo que propone jugar al fútbol, limpio como ninguno, tenga dos amarillas al descanso y un equipo que intente destruir sólo tres. Es cuestión de ver fútbol y analizarlo. Así de sencillo.


¡Andrés Iniesta, lorololololoooo, Andrés Iniesta, lorololololoooooo!


La segunda parte siguió con la misma tónica. A todos se nos encogió el corazón cuando Robben cabalgaba ante Casillas a la hora del partido. Era un gol cantado, pero El Santo lo desvió con el pie. A partir de ahí, Holanda apenas llegó. Con la entrada de Navas- que esta vez sí, fue más profundo y daba mayor sensación de peligro que el día ante Honduras- España volvió a dominar y tuvo varias oportunidades. Pero el gol no llegaba. España insistía, con paciencia, con un poquito de velocidad cuando era necesaria. Pero faltaba el juego entre líneas. Poco antes del final, Del Bosque echó mano de Cesc cuando más era necesario, deshaciendo el tan criticado doble-pivote. Y ahí se vio a la mejor España.

Paréntesis para hablar de Vicente: Sí, el doble pivote ha funcionado a las mil maravillas. Me quito el sombrero ante él, me envaino la espada. Tanto Xabi Alonso como Busquets (nadie dudaba de su calidad) han hecho un Mundial sobresaliente. Aunque también hay que reconocer que el equipo ha funcionado cuando ese doble pivote era único. La razón es para todos, aunque más para Del Bosque que, en lo que ha sacado matrícula de honor ha sido a la hora de leer los partidos. El día de Chile quitó a Torres y entró Cesc para ganar a los chilenos la superioridad numérica que tenían en el centro del campo. Sacó a Llorente frente a Portugal, y así fijó a la defensa y abrió espacios. Volvió a salir Cesc contra Paraguay, para jugar más entre líneas. Frente a Alemania, aguantó hasta después del gol a los once que jugaron a las mil maravillas. Y en la final, de nuevo Cesc que, aunque su trabajo no haya sido vistoso, ha sido clave en este Mundial.

En el tiempo extra, el dominio total era de España. Cesc, Xavi e Iniesta se hartaron a tocar en corto por el centro, a tirar el pase al hueco para la ocasión de gol. Y tuvieron varias durante el primer tiempo de la prórroga. Holanda ya no quería hacer nada, simplemente deseaba que pasara el tiempo para llegar a los penaltys. Éstos no llegaron, pero sí la expulsión de Heitinga. Un poco rigurosa en esa segunda tarjeta, pero dados los múltiples errores de Webb y que, con anterioridad debió expulsar a más de un holandés, pues es una justísima expulsión. Y luego el gol de Iniesta y la agonía de los minutos finales. Momentos en los que muchos lloraron, yo no tenía ganas, las tuve durante el partido para liberarme del sufrimiento, ha sido el partido de fútbol en el que más he sufrido, sólo comparable al ya famoso España-Italia de los cuartos de la Euro.


Esta fue la crudeza de Holanda. Y el árbitro enfrente.


Hablaba en el anterior post que el 11 de Julio, pasara lo que pasara, se iba a hacer justicia poética. Que el Dios del fútbol iba a premiar a una de las dos eternas aspirantes. Me equivoqué. Hubiera sido muy injusto, que esta Holanda se hubiera alzado con el título practicando el antifútbol. Ha habido justicia poética, el premio se lo ha llevado la selección que siempre ha propuesto jugar bien al fútbol, aunque en varios partidos no lo ha conseguido. Pero que nunca ha renunciado a su estilo. En cambio, la Oranje ha desplegado un juego violento, sucio, zafio, marrullero, todo cuánto se quiera decir. Lo hemos criticado, lo haremos en días venideros. Un fútbol aborrecible, sentirlo en nuestras propias carnes nos duele. Los Cruyff, Gullit, Michels, Van Basten, Rijkaard, Bergkamp y compañía, estoy seguro de que han sentido vergüenza de esta selección. Pero tengo que romper una lanza en favor de ese país, de Holanda. No de este grupo de Van Maarjwik que se ha comportado de manera lamentable en esta Final. Sino a ese símbolo de selección, a ese país. Aunque escribo estas líneas con la euforia de la victoria de España, siento una decepción interior por lo que he visto de Holanda. Nunca me esperaba eso de ellos. Los amantes del fútbol, que nos enseñaron a jugar bonito y ofensivo con la escuela de aquél Ajax que ganó tres Copas de Europa seguidas, que se extrapoló a su selección que llegó a dos finales seguidas, que no tuvo la justicia del fútbol (aunque bien se merecería unas buenas líneas la Alemania que les venció en el '74) ese equipo que pasó a la historia sin ganar el Mundial. Ese estilo que impuso Cruyff en el Barça y continuó años después con Rijkaard y Guardiola. Que lo aplicó Luis Aragonés y después lo siguió Del Bosque en nuestra selección. Un equipo que ama el fútbol, que sabe jugarlo como los ángeles aunque no en este Mundial. Me niego, me niego rotundamente a que mucha gente crea que la verdadera Holanda se vio el domingo. Esa no es Holanda. Jugaron demasiado duro, de acuerdo, pero sólo podían parar a España a base de faltas. Esa Holanda será un infausto recuerdo, pero no la que pasará a la historia. Hay que tener memoria y recordar a la no tan vieja Holanda. Sin ir más lejos, salvo el baño de Rusia, arrasaron en el grupo de la muerte en la pasada Eurocopa, fulminando a franceses e italianos. Aunque muchos hoy renieguen de ella, si Holanda se alza al fin con un Mundial y no está España de por medio, yo me alegraré por su victoria.

España ha hecho historia. Se ha unido al selecto grupo de ganadores de un Mundial. Somos ocho. Es momento de dar agradecimientos. De agradecer que un país entero se ha unido por el fútbol. De pasear por la calle, gritando, saltando, bañándose en las fuentes o con las mangueras, y ver la felicidad en el rostro de la gente. Y abrazarse con desconocidos. De sentir lo mismo. Que el tipo que no conoces de nada está tan feliz como tú por el fútbol. De que a gente que no le gusta el fútbol, como un buen amigo mío, entienda lo que significa para mí y para muchos apasionados del balón lo que representa este deporte. Porque el fútbol es la cosa más importante de las cosa menos importantes, que diría Sacchi. De ver que todos sacaban a relucir la bandera, nuestra bandera. Eso es lo que debería ser normal. Que lo que ha unido el fútbol no lo deshaga otra vez la política. Gracias a los 23 jugadores que nos han llevado al éxito, a la alegría colectiva. A Del Bosque y a Aragonés. A los que nos ayudaron a clasificarnos y/o ganaron la Eurocopa pero no estuvieron en Sudáfrica: Cazorla, Senna, Güiza, Juanito, Sergio García, de la Red, Riera, Palop, Diego López, Capel y tantos otros. A todos los entrenadores que han pasado. A las generaciones que no alzaron el Mundial. Las decepciones del '82 o el '98, los errores arbitrales del '94 o '02, las buenas selecciones del '86 y el '06, el cuarto puesto de 1950, la Euro del '64 y la final de veinte años después... En definitiva, a todos los que han vestido la Roja gracias. Han hecho sufrir, reír, llorar, disfrutar a un país entero. Porque los que amamos este deporte hoy lo sentimos más, todos los que lo practican (o practicábamos) desde pequeños también formamos parte del éxito. Hoy, todos juntos, los que lo hemos visto al fin y los que no están pero que nos ven desde alguna parte podemos decir: ¡Somos los putos campeones del Mundo!

jueves, 8 de julio de 2010

Alemania 0- España 1

¡Puyol, Tiburón, Cujons!


ESTA ES ESPAÑA

España ha hecho historia llegando por primera vez a la final, destrozando a una Alemania aturdida. Los germanos no han sabido como parar a la apisonadora española y apenas inquietaron. La final será Holanda-España, dos eternos a conquistar el título. Habrá nuevo campeón, y por fin llegará la recompensa para dos grandes selecciones.



... Y España estalló en su mejor versión. Ha tardado, han costado cinco partidos. Cuando las potencias del fútbol señalaban sin titubear que esta vez sí, España era favorita y no era una treta más de la prensa para vender ejemplares y humo, lo decían por algo. Lo proclamaban a los cuatro vientos porque la habían visto jugar así. Y surgió. Reapareció cual ave fénix, en el momento clave, en las Semifinales. Sólo cabe esperar que este grandioso juego se ratifique el día de la Final para llenar de éxtasis al país.

Habrá quién piense que en los demás partidos se han reservado fuerzas para llegar en las mejores condiciones físicas a los encuentros finales. Otros señalarán que, a medida que avanza el torneo, los jugadores van cogiendo forma física porque se adecuan al ritmo de competición. Es mucho más sencillo que eso, es futbolísitco, un cambio que muchos reclamábamos. Pedro salió por Torres. Y cambió al equipo. Vicente del Bosque ha sorprendido a propios y extraños, desmintiendo la teoría del "lo que funciona no se toca" y aún más, prescindiendo de un futbolista al que ha dado la máxima confianza.

Gracias a ese cambio, La Roja fue otra. Su fútbol natural salió a la perfección. Cierto es que los alemanes han sido una sombra de lo que estaban siendo en este Mundial y no han realizado esa presión asfixiante como lo hicieran Chile y Paraguay (hay que apuntar que los sudamericanos son conjuntos más aguerridos) pero el cambio ha repercutido en todo el equipo. Y no sólo ha sido una grata alegría el cambio, ha sido más su posición. Cuando reclamábamos la inclusión en el equipo de Silva o Cesc- concedámosle a del Bosque el doble pivote, que hoy sí ha funcionado a las mil maravillas- era para mayor toque en el centro. Pero Pedro ha jugado más por el centro que por la banda, su posición natural que, en un principio, su entrada en el campo podría suponer utilizar la banda para aprovechar la espalda de los laterales, porque tanto Lahm como Boateng son muy dados a subir al ataque.


Mr. Determinante


Con Pedro en el centro, el equipo ha funcionado. Toque y toque, movimiento constante de los medios en busca de espacios. El ya clásico toco y me voy propio del fútbol sala aplicado a la perfección en la Semifinal de un Mundial frente a la todopoderosa Alemania. Con cinco centrocampistas, España era dueña del balón y del partido. Xavi encontraba referencias de pase con tan sólo levantar la cabeza; Iniesta y Pedro jugaban por el centro y caían a las bandas cuando era necesario, en el momento de cambiar la orientación del juego. Busquets y Xabi Alonso no estuvieron atrasados, se juntaron más con el resto del equipo y tocaron y tocaron. Capdevila y Ramos, inmensos, subían con atrevimiento, con seguridad para el dos contra uno en la banda. Y resaltar la actuación del propio Pedro. Parecía un veterano. Con un gran desparpajo, tocaba con seguridad, buscaba el último pase y su osadía en el uno contra uno ha sido bestial. Lástima de esa última jugada, en la que fue muy individualista y no cedió un balón franco para Torres- si marca Pedro en esa jugada hubiera sido impresionante-.

El partido era prácticamente un monólogo. España tenía el balón y atacaba sin cesar. Abría a banda cuando era necesario para desarrollar la jugada y, con toda la intención del mundo, el último pase entre líneas, para superar la zaga germana en busca del hueco. Lástima que no llegó ese último pase, aunque en eso reside el verdadero peligro de España. Alemania apenas tenía el balón, y sus intentos de contragolpe fueron interceptados por unos inconmensurables Puyol y Piqué en los cruces, o por Alonso y Busquets. Schweinsteiger y Ozil no aparecieron, a lo que se unió la baja de Müller, con la que Alemania no encontraba su juego.

El gol no llegaba. El empate sin goles era una injusticia. Hubo ocasiones, peligro, con una gran velocidad en el segundo tiempo. España lo intentaba, insistía con paciencia, como mejor sabe. Hasta que llegó el minuto 73. Los sabios medievales se reunieron antes del partido y el clérigo mayor vaticinó que el primer gol de España llegaría en la jugada más inusual: La España de los bajitos abriría el marcador ante los tanques alemanes a balón parado, en un córner, de cabeza y lo haría Puyol. Y así fue. Xavi puso la bola al punto de penalty y, desde atrás, como un avión y con un soberbio testarazo, el gran Puyol marcó el gol de la victoria. Euforia desatada en toda España. El sueño de la final más cerca.


¡A la finaaaaaaaaaaaaaaaaaaaal!


España reculó y los teutones se fueron al ataque. No colgaron tantos balones al área, tocaron como saben, pero una España bien cerrada, dispuesta a dar un pelotazo para la contra, supo defender la renta. Ahí sí entró Torres, en su momento, para un par de carreras en diez minutos, para explotar su potencia cuando hay espacios. Aunque no marcó, cuando se da la circunstancia de un juego al contraataque, Torres es indiscutiblemente el mejor. El partido finalizó, como no podía ser de otra forma, con victoria española, que se antojó bastante corta.

España ya ha hecho historia. Ha llegado por primera vez en su historia a la final de un Mundial. Y con todos los galones. Con un mal fútbol hasta el día de hoy, que ha sido brillante. Su rival será Holanda. Y habrá nuevo campeón. Por fin, uno de los dos eternos aspirantes levantará el trofeo. Dos equipos que han tenido tradición de practicar un buen fútbol. No hace falta volver a recordar a La Naranja Mecánica. Pero sí a esa España que se ha quitado el fantasma de Cuartos, por esos buenos grupos de jugadores de México '86, EE.UU '94 o en Corea y Japón '02, donde se acuñó la frase "jugamos como nunca y perdemos como siempre". Dos selecciones que no siempre eran favoritas, pero consideradas en el grupo de las mejores del mundo, peligrosas, que estaban ahí. Que estaban en el top ten mundial. El domingo, en Johannesburgo, el estadio Soccer City dictará sentencia. Por una vez, el Dios del fútbol va a hacer justicia por una de esas dos selecciones que siempre han merecido ganar un Mundial.

miércoles, 7 de julio de 2010

Uruguay 2- Holanda 3

El golazo de Van Bronckhorst


NO SON TAN MECÁNICOS, PERO SON FINALISTAS

Holanda llega a la final 32 años después, gracias dos goles en tres minutos. Uruguay no pudo ante la solidez y pegada de la Oranje, aunque peleó con mucha garra. Alemania o España, serán el rival de los holandeses.


Uruguay
y Holanda tenían una cita con la historia en estas Semifinales. Dos equipos con tradición y solera volvían a unas Semifinales después de cuarenta y doce años, respectivamente. Además, tenían la oportunidad de regresar a una final tras muchos años intentándolo en vano. Lo cierto es que ambos han tenido un camino sencillo hasta estas semifinales, aunque hay que apuntar que el grupo de Uruguay no era sencillo y que Holanda derrotó a Brasil con todo merecimiento, aunque con escaso fútbol. Pero el resto de rivales no eran de gran calidad, aunque en el fútbol hay que imponerse a cualquiera.

A falta de fútbol, goles. No fue un partido de ocasiones, de ritmo lento y bastante cansino en muchas fases del juego. Holanda encarrilaba el encuentro con un soberbio gol del su capitán, Gio Van Bronckhorst. A los diecisiete minutos, lanzó un misil escorado, muy lejano que golpeó en la madera y se coló a la altura de la escuadra. Uruguay tuvo más posesión en busca del empate, y el premio lo encontró al filo del descanso en las botas de Forlán. En ambos goles tuvo que ver el efecto del Jabulani, si bien en el gol del uruguayo ayudó la mala colocación de Stekelenburg y su despiste, lo que no quita el gran golpeo de Forlán. Tablas en el descanso.

En la reanudación, un poco de lo mismo. Juego feo y aburrido , sólo un par de ocasiones de Robben y Forlán. Hasta que llegaron los tres minutos en donde la Oranje sentenció a los charrúas. Primero Sneijder, en el '70. Su disparo en la frontal, cruzado y ajustado al palo, lo desvió un defensa y Van Persie, en fuera de juego, no llegó a tocar el balón . Aunque casi interviene en la jugad, el gol holandés es legal ya que el el balón proviene de un uruguayo. Sólo tres después, Robben remató un buen centro en el punto de penalty, con un perfecto giro de cuello y ajustando el esférico a la base del poste, donde nada puede hacer Muslera.


Robben celebrando el tercero


Con el partido sentenciado, los siguientes minutos los jugó Holanda a placer. Aunque aún quedaría tiempo para algo de emoción. En el descuento, una falta de estrategia de Uruguay supuso el segundo tanto, obra de Maxi Pereira de tiro cruzado. Después, varios balones a la olla de Uruguay a punto estuvieron de empatar, pero la defensa holandesa estuvo bien al corte y el árbitro añadió dos minutos de más.

Ya no son tan mecánicos ni juegan al fútbol total como antaño, practican un fútbol práctico. Sería curioso que, con el cambio de estilo, la Oranje se proclamara campeona del Mundo, se reabriría el eterno debate sobre estilos futbolísticos. Lo que es evidente, es que Holanda está ante la oportunidad de vengar a la generación de los '70, aquél mítico equipo de Cruyff, Neeskens y compañía que llegó a dos finales consecutivas. O a la de los '80 comandada por Van Basten y Gullit que, aunque se proclamaron campeones de Europa en 1988, sus papeles en los Mundiales no fueron muy positivos. Vengaron a la de los años 90, con Bergkamp y CIA, que perdieron dos veces consecutivas con Brasil, esa deuda está saldada. Están a un paso de vengar a generaciones más potentes y más vistosas, lo que no quita que esta selección, tiene una enorme calidad, en especial su gran pegada.

lunes, 5 de julio de 2010

Resumen de los Cuartos (II)

El gol que condicionó el encuentro


Alemania 4- Argentina 0
El minuto 3 fue el que condicionó todo el partido. Falta desde la izquierda que saca Schweinsteiger, error de marca de Otamendi y Müller remata a placer adelantando a los germanos. A partir de ese instante, Argentina intentó buscar el empate, pero fue en vano. La albiceleste ha tenido varios problemas durante este Mundial. Su defensa era demasiado veterana y no tenía demasiadas garantías. En el centro del campo, su mejor hombre, Mascherano, no estaba ayudado por nadie. Di María y Maxi no le dieron la profundidad necesaria por las bandas. Y, el error más grave de Maradona, ha sido la ubicación de Messi en el terreno de juego. Diego ha colocado a su mejor hombre muy lejos del área, casi en el centro del campo. Por muy grande que sea Leo, por muy genio que nos parezca a todos los aficionados de este deporte, La Pulga no puede hacer en cada partido la jugada del gol al Getafe. Eso pasa una vez en la vida, como máximo dos. Messi es letal cerca del área, es cuestión de aprovechar las virtudes de los jugadores y Maradona no lo ha sabido hacer. Con sólo pólvora es difícil ganar, porque el equipo está descompensado en el resto de sus líneas.

Así las cosas, Alemania jugó como más le gusta: a la contra. Los germanos han sabido demostrar que saben tener la posesión del balón, jugar entre líneas, tocar y tocar. Pero prefieren esperar atrás, sin dejar espacios, para salir al contraataque como balas, aprovechando la velocidad de Müller, Klose o Podolski. Su centro del campo asusta, y se hizo dueño de la situación. Khedira es el eje, Müller y Ozil son dos estiletes. Pero la reubicación como medio centro de Schweinsteiger ha sido genial. Lo hizo Van Gaal en el Bayern y Löw ha cogido el testigo. Su partido ha sido de diez. La jugada del tercer gol lo ratifica.

Ya desgastada Argentina, Alemania mató el partido con tres goles más. Sorprendente resultado sí, aunque visto el juego desplegado por ambos conjuntos no lo es tanto. Alemania llega a las semifinales tras dos impresionantes goleadas a dos potencias balompédicas como son Inglaterra y Argentina y con un juego brillante. Hay que felicitar a su entrenador, Joachim Löw, que ha rejuvenecido al equipo y que está en un momento óptimo.


¡Villa maravilla!


Paraguay 0- España 1. Partido raro donde los haya, con un carrusel de emociones en muy poco tiempo. La primera parte del conjunto de Del Bosque fue horrorosa. Sabedor de que La Roja trataría de tener la posesión del balón, el entrenador paraguayo, Martino, planteó el partido a la perfección. Una presión asfixiante, desde muy arriba iniciada por los delanteros Valdez y Cardozo, y acumulando muchos jugadores en el centro del campo para cortar la línea de pase. Así, Xavi volvió a jugar de mediapunta sin tener con quién asociarse para crear peligro entre líneas, con Iniesta y Villa pegados a las bandas y con Xabi Alonso y Busquets de nuevo sin poder realizar pases por el medio, la gran virtud de este equipo que no está sabiendo explotarla en este Mundial.

Y es que Vicente del Bosque se empeña en que juegue Fernando Torres y el madrileño no está en condiciones físicas. Parece que Vicente es el único ser en el mundo que no ve que está en un estado de forma más que lamentable. Así, sacrifica a un hombre de centro del campo con el que poder dominar más la posesión y circular más rápido el balón. Cesc y Silva están a verlas venir. Lo mismo pasa con el doble pivote. Muchos se empeñan en vendernos la burra en que el seleccionador los coloca para dar equilibrio al equipo. Curioso resulta que, cuando del Bosque sacó a Pedro en detrimento de Xabi Alonso (unido al cambio de Cesc por Torres) ni equipo partido ni gaitas, se vio la mejor versión de la selección en el partido, unido al cansancio paraguayo. Con esto no hay que restar ningún mérito al partido realizado por Paraguay, ni mucho menos. Pero, sabiendo España que la mayoría de equipos se encierran para salir a la contra, debe contrarrestar esas armas para poder desbloquear esa presión y eso pasa porque Xavi no juegue en tierra de nadie.

Hasta los minutos locos de los penaltys, el partido tuvo color guaraní. Sólo dejaron tirar una vez a España. Presionaron de forma excepcional, un equipo rocoso, duro y que tuvo varias oportunidades en ataque. Tenían el partido controlado hasta el minuto 55. Aquello fue la locura general. Bajadas y subidas de tensiones en sólo cinco minutos. De la tristeza a la euforia y de nuevo a los nervios y a la inquietud. Piqué cometió un clarísimo agarrón a Cardozo. Él mismo se encargó de lanzarlo, pero Casillas resurgió, reapareció El Santo para blocar el esférico. A la siguiente jugada, un penalty por derribo a Villa, menos claro, pero lo fue. Xabi Alonso marcó, pero el árbitro, Carlos Bartres, mandó repetirlo por un pie de Cesc. El pésimo arbitraje de este señor fue increíble. Anuló un gol a Paraguay en un fuera de juego inexistente. No mandó repetir el penalty sobre Cardozo cuando hubo varios jugadores que invadieron el área, sin embargo, sí éste. Para redondear su nefasta noche (capítulo aparte merece la permisividad con la dureza de Paraguay) justo después de que Alonso fallara la repetición de la pena máxima, no pita un derribo clamoroso de Villar sobre Cesc.


Le seguían llamando El Santo


Con media hora por delante y tras un carrusel de emociones, todo era tensión. Gritos, desesperación, preocupación. Gran carga de adrenalina acumulada. España tenía el control aunque no finiquitaba. Pero llegó el minuto 83. Iniesta conduce el balón dejando atrás a dos defensores, pasó al hueco a Pedro que trazó un gran desmarque. Su lanzamiento pegó en el poste y el cuero lo recogió Villa. El asturiano controló, se paró y abrió fuego. A la madera. La pelota fue llorando por la línea de gol hasta topar con el otro palo. Pudo salir fuera, pero finalmente entró. Con suspense. Como en las películas de Hitchcock. Villa nos dio la gloria. Éxtasis total y absoluto. Aún quedaría la doble oportunidad de Paraguay que salvó Casillas y un descuento eterno, ya que Bartres añadió un minuto más por la patada en la cara a Sergio Ramos. Y pitó.

Lo confieso, señores, yo aún seguía sufriendo, cerquita de llorar. Falta de sueño, muchos cambios de ánimo en tan poco tiempo hicieron que sólo gritara de alegría y después me quedara hasta un buen rato después sin fuerzas. Demasiados pensamientos negativos en poco más de media hora. España iguala el cuarto puesto del Brasil '50, que no la semifinales, entonces se disputaba un sistema de liguilla. A aquél mítico gol de Zarra se le une el de Villa, dos goles que han pasado a la historia.

Resumen de los Cuartos (I)

Ha empezado lo mejor del Mundial y no, no es que estemos contemplando unos partidos brillantes. Pero estos Cuartos de Final han dejado momentos para el recuerdo. Euforia, desolación o tensión al límite se han vivido durante estos cuatro partidos para la historia. Cada uno con su momento clave, instantes que permanecerán en la memoria de la historia de este deporte.



El error de Julio César y Melo


Holanda2- Brasil 1 El momento determinante fue el minuto 54. una falta escorada en la banda derecha a favor de la Oranje. Sneijder se prepara para botarla. Su centro se lo come Julio César, una cantada o el estorbo de su defensa, Felipe Melo, le impiden atrapar el balón. Pasa por su lado y el propio Melo, introduce el balón en su portería. Sneijder lo celebró con la cámara. Empate a uno y ya nada fue igual.

Hasta ese momento, el dueño y señor del partido fue Brasil. Marcó un gol en un ajustado fuera de juego que fue anulado, pero en el '10 se adelantó. Un gran pase entre líneas de Melo, ayudado por la autopista que dejó la defensa holandesa, permitió a Robinho definir con clase y tranquilidad. La canarinha no mostraba un juego precioso, pero dominaba con mucha claridad. Tenía el balón, no sufría atrás y, cuando se acercaba al área de Stekelenburg, llegaba con peligro. Al descanso, nadie podía prever que los tulipanes dieran la vuelta al marcador. Pero el fútbol tiene estas cosas, situaciones imprevistas, goles que llegan con fortuna y que pueden cambiar un partido. Empiezo a creer seriamente en que los partidos se deciden por detalles, visto lo visto.

Tras el afortunado gol, Holanda dominó. Brasil empezó a desgastarse y esperó atrás, como más le gusta. Con más posesión del esférico, Holanda creaba peligro y llegó el segundo gol. Un buen córner que sacó Robben, peinado por Kuyt y que Sneijder envió con un potente cabezazo a la red. Brasil tenía que ir a por el partido, pero no lo consiguió. Melo, en una desgraciada tarde, fue expulsado por un claro pisotón a Robben. Con 10, los Robinho, Kaká, Alves o Maicon pudieron con Holanda. Una selección que en este Mundial ha abandonado el fútbol total de la era Cruyff, apostando por un fútbol más práctico. Incluso pudieron sentenciar el partido. Una Holanda con poco fútbol se impuso a la defensiva Brasil de Dunga. Alegría para los europeos, tristeza para una canarinha que buscará nuevo entrenador tras la marcha del mediocentro con el que fueron campeones hace 16 años.



La que probablemente sea la imagen del Mundial


Uruguay 1 (4)- Ghana 1(2): 120 minutos de juego intenso y disputado. Dos golazos de Muntari y Forlán, gracias al efecto del Jabulani. Pero todo eso queda eclipsado por un momento triste o alegre, según el prisma, histórico. Minuto de descuento del final de la prórroga. Falta lateral para Ghana. Balón a la olla. Un primer remate despejado. El segundo y el tercero también. Pero con una mano clarísima de Luis Suárez que evitaba el gol ghanés. Penalty y expulsión. Desolación uruguaya. Gyan tenía en sus botas una oportunidad histórica. Podía meter por primera vez a un conjunto africano en las semifinales de un Mundial. Tenía el destino de África, ese continente que siempre ha luchado, de pueblos bañados en sangre, de extrema pobreza, de enfermedades. Un continente que podía tener una alegría, aunque sea pequeña, porque esto es sólo fútbol. Pero Gyan mandó el balón al larguero. Desconsuelo absoluto en toda África, empatía en muchos países del mundo, un momento de locura bestial. No se puede hablar de injusticia futbolísitca porque Uruguay ha merecido también el pase. Pero la crueldad del balompié se ha vuelto a erigir ante el más débil. El fallo de ese penalty, se ha convertido ya, sin ninguna duda, en la imagen de este Mundial africano

Así, Luis Suárez se convirtió en un héroe inesperado. Evitó la derrota segura y condujo a los suyos a la gloria. Su expulsión ha sido la más dulce, la mejor expulsión de la historia del fútbol. ¿Se puede ser un héroe infringiendo el reglamento? En este caso, la respuesta es afirmativa. Muslera paró dos penaltys y el Loco Abreu hizo honor a su nombre, transformando el último penalty con clase, de vaselina, a lo Panenka. Con un camino hacia estas semifinales más sencillo de lo habitual al menos a priori, pero con todo merecimiento. 40 años después, Uruguay regresa a unas semifinales del un Mundial. Ya no es el equipo que vemos en los libros de la historia del fútbol, ese equipo lejano que ganó dos Mundiales. Ahora le podemos contemplar en la realidad, que es un gran equipo de presente. Uruguay vuelve a ser un grande.

viernes, 2 de julio de 2010

Llegan los Cuartos

Esta tarde comienzan los Cuartos de Final del Mundial, un buen momento para analizar a los ocho equipos que lucharán por el título. No voy a hacer ni pronósticos ni decir las posibilidades que tienen en estos enfrentamientos, no es un estilo conveniente por dos motivos: el yo ya lo dije es un autobombo patético, pero peor es quedar en ridículo porque puede suceder todo lo contrario a lo que tú dices. Simplemente son impresiones de lo que me han parecido las diferentes selecciones.

Uruguay: Tras 44 años de ausencia en esta ronda, el conjunto uruguayo llega con todo merecimiento. Un equipo que no destaca por su juego brillante, pero que es serio y ordenado como pocos. Cuenta con sus dos goleadores en un buen estado de forma, Forlán y Luis Suárez, tras batir en un intenso partido a Corea del Sur. Además, su fase de grupos fue brillante. No encajaron ningún gol en los tres partidos y se enfrentaron a tres selecciones que, sobre el papel, eran complicadas: Francia (aunque fue un fracaso su actuación) México y el anfitrión, Sudáfrica, que si bien no presentaba un gran equipo, la escuadra que organiza un Mundial nunca había quedado eliminada durante la fase de grupos.

Ghana: El orgullo africano quedó salvado ya en Octavos en su Mundial, pero se verá reforzado por la clasificación de los ghaneses para esta ronda de Cuartos. Pasaron la primera fase en un grupo complicado, gracias a su victoria de penalty frente a Serbia, el empate contra Australia y la derrota ante los alemanes, en la que, a pesar de perder, su imagen no se vio afectada, ya que les plantó cara. Su enfrentamiento en Octavos con EE.UU fue intenso, muy disputado, en el que se impusieron en la prórroga, dominando la primera mitad y sufriendo en la segunda parte. Si vencen a los uruguayos, será el primer conjunto africano que acceda a las Semifinales en la historia de los Mundiales.

Alemania: La regeneración que ha realizado Joachim Löw ha sido magnífica. Los nuevos valores como Ozil y Müller, unidos a los viejos rockeros como Klose, Podolski y la reubicación como mediocentro de Scweinsteiger han surtido un buen efecto. Y eso a pesar de no contar por lesión con su estrella Ballack, aunque este hecho ha servido para que el brillante Ozil se haya hecho con un puesto en el once inicial. Es un equipo que sabe tocar, tiene velocidad y siempre busca los espacios entre líneas. Su fútbol es vistoso y alegre, aunque sabe esperar atrás y salir a la contra como en el partido frente a Inglaterra, donde barrieron a los ingleses por completo. Están en un gran estado de forma y su selección tiene futuro.

Argentina: Maradona ha conseguido que un equipo descompensado gane con sus encuentros con gran autoridad. La defensa y el centro del campo ofrecen dudas, Heinze y Demichelis no son los defensas que eran como el medio Verón y Mascherano no pasa por su mejor momento. Pero tienen un ataque demoledor, probablemente el mejor del Mundial. Higuaín está en racha, Messi aún no ha marcado pero está jugando sus mejores partidos con la albiceleste y Tévez tiene centrado su punto de mira. Y, por si alguno de estos tres delanteros fallan, en el banquillo quedan Agüero, Milito y el veteranísimo Palermo. No juegan a nada, parece que van andando, pero aplastan a sus rivales como quieren. Además, cuentan sus partidos por victorias.

Holanda: El fútbol que hasta ahora han desplegado en este Mundial sigue dejando interrogantes. A la oranje le está costando hilvanar ese fútbol atractivo y ofensivo como antaño, pero han vencido sin sufrir demasiados problemas todos sus partidos. Bien es cierto que sus rivales hasta ahora no han sido de gran entidad, simplemente ganan sin brillantez. En Brasil tendrán un escollo realmente duro y serio. Con un Robben recién salido de su lesión y que, aún teniendo que coger minutos, junto con Sneijder han sido los artífices de la clasificación holandesa a cuartos con sus goles frente a Eslovaquia.

Brasil: Su fútbol aburre. Es lento y cansino. Hace muchos años que dejaron de practicar el jogo bonito. Se dedican a un fútbol defensivo. Pero la apuesta de Dunga está cosechando sus frutos. Son parecidos a Argentina, aprietan el acelerador cuando es necesario para llevarse los partidos. En cualquier momento surgen de la nada Robinho, Kaká y Luis Fabiano para hacer de las suyas, o las carreras de Alves y Maicon por la derecha para destrozar a sus rivales. Pero hay una gran diferencia entre esta albiceleste y la canarinha. Los brasileños son un auténtico bloque, su solidez defensiva es exquisita y el trabajo de sus medios Gilberto Silva y Ramires es esencial. Han llegado a estos cuartos con gran solvencia, no enamoran pero son temibles.

Paraguay: Es, junto a Ghana, la selección que llega por primera vez en su historia a los Cuartos de Final de un Mundial. Su fútbol es rocoso, muy físico, saben pertrecharse atrás como pocos, aunque la elegancia en su juego brilla por su ausencia. Superaron la fase de grupos en primera posición, dejando a una selección históricamente potente como es la italiana, que ni mucho menos ha sabido demostrarlo. Su partido contra Japón fue aburrido pero intenso, tras una prórroga y una taquicárdica tanda de penaltys.

España: Comenzó el Mundial con muchas dudas ya que, la considerada gran favorita, se la pegaba de forma estrepitosa contra Suiza. Frente a los hondureños, lo único que mejoró fue una circulación de balón más rápida- debido a los espacios- y el resultado, porque el juego fue deplorable. Con Chile, la roja tuvo la suerte del campeón al encontrarse un gol y una expulsión en el segundo tanto, pero sufrieron de lo lindo, sólo pudieron controlar la posesión del balón en la segunda parte con un hombre más en el centro del campo. Ante Portugal, la primera parte dejó que desear, pero la segunda tuvo grandes momentos gracias a la entrada de Llorente, que fijó la defensa lusa para crear espacios. Y, después del gol, se dedicaron a hacer un rondo infinito hasta el final del partido. Sigue generando dudas la vistosidad y efectividad del doble pivote, aunque Alonso y Busquets estén en forma. El equipo no se encuentra en las mejores condiciones físicas, jugadores clave no están en su mejor momento: Iniesta sigue mejorando poco a poco, a Xavi se le espera a pesar de jugar más solo que la una, Torres está fatal nadie sabe qué ha sido de Silva y Cesc, resulta incomprensible que apenas jueguen. España va de menos a más, con mayor confianza y con un Villa estelar, con cuatro dianas.