lunes, 5 de julio de 2010

Resumen de los Cuartos (I)

Ha empezado lo mejor del Mundial y no, no es que estemos contemplando unos partidos brillantes. Pero estos Cuartos de Final han dejado momentos para el recuerdo. Euforia, desolación o tensión al límite se han vivido durante estos cuatro partidos para la historia. Cada uno con su momento clave, instantes que permanecerán en la memoria de la historia de este deporte.



El error de Julio César y Melo


Holanda2- Brasil 1 El momento determinante fue el minuto 54. una falta escorada en la banda derecha a favor de la Oranje. Sneijder se prepara para botarla. Su centro se lo come Julio César, una cantada o el estorbo de su defensa, Felipe Melo, le impiden atrapar el balón. Pasa por su lado y el propio Melo, introduce el balón en su portería. Sneijder lo celebró con la cámara. Empate a uno y ya nada fue igual.

Hasta ese momento, el dueño y señor del partido fue Brasil. Marcó un gol en un ajustado fuera de juego que fue anulado, pero en el '10 se adelantó. Un gran pase entre líneas de Melo, ayudado por la autopista que dejó la defensa holandesa, permitió a Robinho definir con clase y tranquilidad. La canarinha no mostraba un juego precioso, pero dominaba con mucha claridad. Tenía el balón, no sufría atrás y, cuando se acercaba al área de Stekelenburg, llegaba con peligro. Al descanso, nadie podía prever que los tulipanes dieran la vuelta al marcador. Pero el fútbol tiene estas cosas, situaciones imprevistas, goles que llegan con fortuna y que pueden cambiar un partido. Empiezo a creer seriamente en que los partidos se deciden por detalles, visto lo visto.

Tras el afortunado gol, Holanda dominó. Brasil empezó a desgastarse y esperó atrás, como más le gusta. Con más posesión del esférico, Holanda creaba peligro y llegó el segundo gol. Un buen córner que sacó Robben, peinado por Kuyt y que Sneijder envió con un potente cabezazo a la red. Brasil tenía que ir a por el partido, pero no lo consiguió. Melo, en una desgraciada tarde, fue expulsado por un claro pisotón a Robben. Con 10, los Robinho, Kaká, Alves o Maicon pudieron con Holanda. Una selección que en este Mundial ha abandonado el fútbol total de la era Cruyff, apostando por un fútbol más práctico. Incluso pudieron sentenciar el partido. Una Holanda con poco fútbol se impuso a la defensiva Brasil de Dunga. Alegría para los europeos, tristeza para una canarinha que buscará nuevo entrenador tras la marcha del mediocentro con el que fueron campeones hace 16 años.



La que probablemente sea la imagen del Mundial


Uruguay 1 (4)- Ghana 1(2): 120 minutos de juego intenso y disputado. Dos golazos de Muntari y Forlán, gracias al efecto del Jabulani. Pero todo eso queda eclipsado por un momento triste o alegre, según el prisma, histórico. Minuto de descuento del final de la prórroga. Falta lateral para Ghana. Balón a la olla. Un primer remate despejado. El segundo y el tercero también. Pero con una mano clarísima de Luis Suárez que evitaba el gol ghanés. Penalty y expulsión. Desolación uruguaya. Gyan tenía en sus botas una oportunidad histórica. Podía meter por primera vez a un conjunto africano en las semifinales de un Mundial. Tenía el destino de África, ese continente que siempre ha luchado, de pueblos bañados en sangre, de extrema pobreza, de enfermedades. Un continente que podía tener una alegría, aunque sea pequeña, porque esto es sólo fútbol. Pero Gyan mandó el balón al larguero. Desconsuelo absoluto en toda África, empatía en muchos países del mundo, un momento de locura bestial. No se puede hablar de injusticia futbolísitca porque Uruguay ha merecido también el pase. Pero la crueldad del balompié se ha vuelto a erigir ante el más débil. El fallo de ese penalty, se ha convertido ya, sin ninguna duda, en la imagen de este Mundial africano

Así, Luis Suárez se convirtió en un héroe inesperado. Evitó la derrota segura y condujo a los suyos a la gloria. Su expulsión ha sido la más dulce, la mejor expulsión de la historia del fútbol. ¿Se puede ser un héroe infringiendo el reglamento? En este caso, la respuesta es afirmativa. Muslera paró dos penaltys y el Loco Abreu hizo honor a su nombre, transformando el último penalty con clase, de vaselina, a lo Panenka. Con un camino hacia estas semifinales más sencillo de lo habitual al menos a priori, pero con todo merecimiento. 40 años después, Uruguay regresa a unas semifinales del un Mundial. Ya no es el equipo que vemos en los libros de la historia del fútbol, ese equipo lejano que ganó dos Mundiales. Ahora le podemos contemplar en la realidad, que es un gran equipo de presente. Uruguay vuelve a ser un grande.

1 comentarios:

Álvaro dijo...

El comienzo de este Mundial a mi me pareció algo bastante flojito. Los partidos no eran partidazos y no emocionaban nada de nada. Pero ahí estaba yo, enganchado al sofá tragandomelos todos jajaja.

Un abrazo.

Álvaro R.

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