lunes, 5 de julio de 2010

Resumen de los Cuartos (II)

El gol que condicionó el encuentro


Alemania 4- Argentina 0
El minuto 3 fue el que condicionó todo el partido. Falta desde la izquierda que saca Schweinsteiger, error de marca de Otamendi y Müller remata a placer adelantando a los germanos. A partir de ese instante, Argentina intentó buscar el empate, pero fue en vano. La albiceleste ha tenido varios problemas durante este Mundial. Su defensa era demasiado veterana y no tenía demasiadas garantías. En el centro del campo, su mejor hombre, Mascherano, no estaba ayudado por nadie. Di María y Maxi no le dieron la profundidad necesaria por las bandas. Y, el error más grave de Maradona, ha sido la ubicación de Messi en el terreno de juego. Diego ha colocado a su mejor hombre muy lejos del área, casi en el centro del campo. Por muy grande que sea Leo, por muy genio que nos parezca a todos los aficionados de este deporte, La Pulga no puede hacer en cada partido la jugada del gol al Getafe. Eso pasa una vez en la vida, como máximo dos. Messi es letal cerca del área, es cuestión de aprovechar las virtudes de los jugadores y Maradona no lo ha sabido hacer. Con sólo pólvora es difícil ganar, porque el equipo está descompensado en el resto de sus líneas.

Así las cosas, Alemania jugó como más le gusta: a la contra. Los germanos han sabido demostrar que saben tener la posesión del balón, jugar entre líneas, tocar y tocar. Pero prefieren esperar atrás, sin dejar espacios, para salir al contraataque como balas, aprovechando la velocidad de Müller, Klose o Podolski. Su centro del campo asusta, y se hizo dueño de la situación. Khedira es el eje, Müller y Ozil son dos estiletes. Pero la reubicación como medio centro de Schweinsteiger ha sido genial. Lo hizo Van Gaal en el Bayern y Löw ha cogido el testigo. Su partido ha sido de diez. La jugada del tercer gol lo ratifica.

Ya desgastada Argentina, Alemania mató el partido con tres goles más. Sorprendente resultado sí, aunque visto el juego desplegado por ambos conjuntos no lo es tanto. Alemania llega a las semifinales tras dos impresionantes goleadas a dos potencias balompédicas como son Inglaterra y Argentina y con un juego brillante. Hay que felicitar a su entrenador, Joachim Löw, que ha rejuvenecido al equipo y que está en un momento óptimo.


¡Villa maravilla!


Paraguay 0- España 1. Partido raro donde los haya, con un carrusel de emociones en muy poco tiempo. La primera parte del conjunto de Del Bosque fue horrorosa. Sabedor de que La Roja trataría de tener la posesión del balón, el entrenador paraguayo, Martino, planteó el partido a la perfección. Una presión asfixiante, desde muy arriba iniciada por los delanteros Valdez y Cardozo, y acumulando muchos jugadores en el centro del campo para cortar la línea de pase. Así, Xavi volvió a jugar de mediapunta sin tener con quién asociarse para crear peligro entre líneas, con Iniesta y Villa pegados a las bandas y con Xabi Alonso y Busquets de nuevo sin poder realizar pases por el medio, la gran virtud de este equipo que no está sabiendo explotarla en este Mundial.

Y es que Vicente del Bosque se empeña en que juegue Fernando Torres y el madrileño no está en condiciones físicas. Parece que Vicente es el único ser en el mundo que no ve que está en un estado de forma más que lamentable. Así, sacrifica a un hombre de centro del campo con el que poder dominar más la posesión y circular más rápido el balón. Cesc y Silva están a verlas venir. Lo mismo pasa con el doble pivote. Muchos se empeñan en vendernos la burra en que el seleccionador los coloca para dar equilibrio al equipo. Curioso resulta que, cuando del Bosque sacó a Pedro en detrimento de Xabi Alonso (unido al cambio de Cesc por Torres) ni equipo partido ni gaitas, se vio la mejor versión de la selección en el partido, unido al cansancio paraguayo. Con esto no hay que restar ningún mérito al partido realizado por Paraguay, ni mucho menos. Pero, sabiendo España que la mayoría de equipos se encierran para salir a la contra, debe contrarrestar esas armas para poder desbloquear esa presión y eso pasa porque Xavi no juegue en tierra de nadie.

Hasta los minutos locos de los penaltys, el partido tuvo color guaraní. Sólo dejaron tirar una vez a España. Presionaron de forma excepcional, un equipo rocoso, duro y que tuvo varias oportunidades en ataque. Tenían el partido controlado hasta el minuto 55. Aquello fue la locura general. Bajadas y subidas de tensiones en sólo cinco minutos. De la tristeza a la euforia y de nuevo a los nervios y a la inquietud. Piqué cometió un clarísimo agarrón a Cardozo. Él mismo se encargó de lanzarlo, pero Casillas resurgió, reapareció El Santo para blocar el esférico. A la siguiente jugada, un penalty por derribo a Villa, menos claro, pero lo fue. Xabi Alonso marcó, pero el árbitro, Carlos Bartres, mandó repetirlo por un pie de Cesc. El pésimo arbitraje de este señor fue increíble. Anuló un gol a Paraguay en un fuera de juego inexistente. No mandó repetir el penalty sobre Cardozo cuando hubo varios jugadores que invadieron el área, sin embargo, sí éste. Para redondear su nefasta noche (capítulo aparte merece la permisividad con la dureza de Paraguay) justo después de que Alonso fallara la repetición de la pena máxima, no pita un derribo clamoroso de Villar sobre Cesc.


Le seguían llamando El Santo


Con media hora por delante y tras un carrusel de emociones, todo era tensión. Gritos, desesperación, preocupación. Gran carga de adrenalina acumulada. España tenía el control aunque no finiquitaba. Pero llegó el minuto 83. Iniesta conduce el balón dejando atrás a dos defensores, pasó al hueco a Pedro que trazó un gran desmarque. Su lanzamiento pegó en el poste y el cuero lo recogió Villa. El asturiano controló, se paró y abrió fuego. A la madera. La pelota fue llorando por la línea de gol hasta topar con el otro palo. Pudo salir fuera, pero finalmente entró. Con suspense. Como en las películas de Hitchcock. Villa nos dio la gloria. Éxtasis total y absoluto. Aún quedaría la doble oportunidad de Paraguay que salvó Casillas y un descuento eterno, ya que Bartres añadió un minuto más por la patada en la cara a Sergio Ramos. Y pitó.

Lo confieso, señores, yo aún seguía sufriendo, cerquita de llorar. Falta de sueño, muchos cambios de ánimo en tan poco tiempo hicieron que sólo gritara de alegría y después me quedara hasta un buen rato después sin fuerzas. Demasiados pensamientos negativos en poco más de media hora. España iguala el cuarto puesto del Brasil '50, que no la semifinales, entonces se disputaba un sistema de liguilla. A aquél mítico gol de Zarra se le une el de Villa, dos goles que han pasado a la historia.

2 comentarios:

Álvaro dijo...

El partido de Alemania contra Argentina lo recordaré toda mi vida. No es que me alegre de las desgracias ajenas, TODO LO CONTRARIO, pero la prepotencia del capullo de Maradona (un mito caído) me tocaba bastante los cojones. Y qué decir de la despedida de Brasil en El Mundial. Sinceramente, ambas selecciones no me dieron ninguna pena, me alegré mucho por Alemania.

Pd.- Deberías ser periodista deportivo.

Un abrazo.

Álvaro R.

Full Norbert dijo...

Ya sabes que tanto como eso no, pero deberían los periodistas deportivos tener un poquito más de objetividad, que no es tan difícil tener un poquito.

Yo recordaré el baño de Alemania sin duda, porque siempre me han gustado los germanos y han jugado muy bien, salvo el día de España. Y sí me alegro de que haya perdido Argentina, que muchos se lo tenían muy creído...

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