miércoles, 31 de marzo de 2010

Grandes Películas de la Historia: El Golpe (IV)

Título: El Golpe
Título Original: The Sting
Director: George Roy Hill
Guión: David S. Ward
Música: Marvin Hamlisch
Fotografía: Robert Surtees
Reparto: Paul Newman, Robert Redford, Robert Shaw, Charles Dierkop, Charles During, Elieen, Brenan, Harold Gould, Robert Earl Jones, JJ Singleton, Dana Elcar, Ray Watson, John Heffernan, Dimitra Arliss
Año: 1973 Duración: 129 mins Color
SINOPSIS: En los años '30 de Chicago, dos timadores consiguen realizar una estafa que les reporta unos cuántos dólares. Lo que no saben, es que han timado a uno de los trabajadores del pez gordo de la ciudad y uno de ellos muere. El superviviente intentará vengarse aliándose con un montón de gente de su ralea.



ELEGANCIA


El Golpe es la maravillosa obra maestra que nos brindó un director no muy prolífico, George Roy Hill, allá por el año 1973.

Y cuando señalo 1973, no lo cito por algo casual. En esa década, la revolución del cine estadounidense era muy clara. Aires nuevos de grandeza, modernidad, una violencia descarnada, sexo sin tabúes. Un cine crítico con la sociedad, crítico con los políticos, inconformista, que rompía las reglas del Hollywood clásico. Un cine radicalmente opuesto al maravilloso cine de los '40 y los '50, que contaba historias contemporánea que, gracias al realismo y a la crudeza setentera hizo olvidar el idealismo de las Grandes Majors. Con directores que se asentaban como grandes (Peckinpah) y otros que irrumpían con fuerza como los Coppola, Lumet, Scorsese o Spielberg. Por todo ello, es curioso que George Roy Hill rescatara del olvido el estilo más puramente clásico de Hollywood. Porque estamos ante uno de los últimos clásicos de Hollywood (entiéndase el término dentro del concepto de cine clásico, no de clásico porque una obra perdure durante años).

Es cierto que la época en la que está ambientada (década de los '30) ayuda mucho a crear esa sensación de clasicismo en el espectador. La exquisita fotografía, la puesta en escena,
esa forma de rodar, de realizar los planos, de pasar de una escena a otra con las cortinillas típicas del cine mudo, ayudan mucho más a ello. Además el magnífico vestuario, con una gran galería de trajes y sombreros y, cómo no, los decorados. Las tiendas, las cafeterías, los habitaciones oscuras de la trastienda de los bares, el tiovivo, los cabarets y las callejuelas, consiguen crear una atmósfera perfecta para recrear la historia del Chicago de los '30.


¡Qué puta clase, joder!


Pero hay que resaltar la perfecta elección del vestuario. Esos trajecitos y sombreritos tan característicos, que dan una clase infinita. Cómo todos y cada uno de los múltiples personajes de El Golpe saben lucirlos. Cómo las damas tienen estilo. Cómo se mueven y hablan todos. Es la elegancia suma. A esta cinta se la puede poner un montón de grandes calificativos. Se pueden destacar muchísimas cosas por encima de otras. Pero yo me quedo con la elegancia. No he visto nunca una elegancia mayor, un film con mayor clase y estilo que éste. Uno ve este film y quiere ser así de elegante, con tantísima clase. Es el señorío, la clase total, la elegancia de unos tipos que, aunque la mayoría de ellos no sean más que unos pobres diablos en su vida, saben lucir las formas de los ricos.

Aunque era necesario resaltar la particularidad del excelente vestuario, si por algo El Golpe es considerada una obra maestra es por su soberbio guión, de la mano de David S. Ward. Un guión sólido, sin nada que se deshilvane. Ward, desarrolla la historia a través de los capítulos (cada uno con su título y su dibujo) que nos cuentan la historia de cómo se va forjando uno de los mayores timos de la historia. La presentación de los personajes, unos estafadores de poca monta y uno de ellos clamando venganza. Cómo forjan la alianza para poder llevarse el botín, cómo elaboran el plan, los primeros contactos y su ejecución. Al margen de que la historia es brillante, no lo son menos los diálogos. Concisos e inteligentes. Mordaces y con un toque irónico. Las chulerías, el cinismo y hasta la indiferencia, hacen aún más grande este film.

Además, es capaz de mezclar géneros. Tiene una parte policíaca con la investigación de los pasos de los timadores, con La Ley Seca y los gangsters como telón. El subgénero del cine de apuestas, con una visión del póker que desmitifica su aura de solemnidad y unas carreras de caballos en las que se contempla todo desde el lugar de apuestas, sin contemplarlas, sólo escuchando al comentarista y las caras de los apostantes para conocer su desarrollo. También se aúna el drama familiar y el del hombre que pierde a su amigo de siempre y, cómo no, el humor. Situaciones disparatadas, momentos sarcásticos y algo de mala baba. La película consigue despertar la risa del espectador.


¡Tengo un póker, chavalote!


El Golpe acumula un sinfín de momentos maravillosos. El primer timo, la partida de póker en el tren, las reuniones clandestinas, la revelación de la identidad de Salino, la tensión en todo momento, los falsos pintores y el glorioso final. Uno de los dos mejores finales de la historia del cine, tan imprevisible como genial. Ojalá nunca hubiera visto el film para poder tener esa sorpresa final tan grande, tan maravillosa. Aunque se puede ver un montón de veces, porque sigue encantando.

Y no olvidar esa maravillosa B.S.O. La maravillosa canción titulada The Entertainer a modo de ragtime es mítica. Marvin Hamlisch (que, curiosamente no ganó el Oscar a la mejor B.S.O. se quedó sólo en mejor canción) adapta de forma maravillosa la obra de Scott Joplin, con esa versión del tema tocada en pianito que no tiene precio. Una canción que conoce todo el mundo, que la silba y que alegra el día a cualquiera con sólo escuchar las primeras notas.

Y faltan las interpretaciones. Gracias al medido y cuidado guión de Ward, cada personaje tiene su frase justa en el momento adecuado. Ninguno de los personajes del extenso reparto desentona. Todos están a la altura. El entrañable timador negro Robert Earl Jones; la pícara mujer de Gondorff, Elieen Brennan; el sufrido narrador de carreras JJ Singleton; el capullo y aturdido teniente Snyder interpretado a la perfección por Charles During; ese elegante Harold Gould como compañero de fechorías; la simpática Dimitra Arliss o ese pedazo esbirro de Lonegan, de pocas palabras, autoritario y capaz de infundir respeto, grandísimo papel que nos brindó Charles Dierkop.



Yo impongo, pero lo que más acojona es... ¡mi naso!


Pero vayamos con los tres monstruos del film (y de la interpretación). Inolvidable Robert Shaw en el que probablemente fuera el papel de su vida, como Doyle Lonegan. Doyle es un ricachón, un pez gordo que quiere siempre aumentar su fortuna. Es codicioso, algo malvado y utiliza la violencia si lo cree necesario. Su organización es potente. No cae en líos de faldas que le distraigan de sus negocios. Es educado y tiene buenas formas y algo de bondad en su interior. Pero tiene un punto débil: las apuestas. Adora las carreras de caballos y el póker, el juego es uno de los vicios más peligrosos. Por la elegancia, algo de ingenuidad, sus saber estar y su carisma, hacen que la interpretación de Shaw sea sublime. Seguimos con Robert Redford, nominado al Oscar que tristemente no ganó. Redford ya estaba ganando fama y prestigio por aquél entonces en Hollywood y su interpretación de Johnny Hooker le otorgó el cartel de superestrella. Un pobre tomador, sin recursos, que se mueve en la calle. Al ver su desgracia irá en busca de ayuda. Sabe mentir, interpretar cualquier papel y hacer lo posible por vengarse. Es un desgraciado con buen corazón a pesar de su afición al timo. El duelo de interpretación que protagoniza con Paul Newman es brutal, no se llevó el Oscar, pero su actuación está en la memoria de todos. Enorme Redford. Y, por último tenemos al ya citado Newman. Ya era un grande por entonces y, ahora que ha fallecido recientemente, qué menos que un pequeño homenaje. Para cualquier estudioso del cine resulta muy complicado elegir cuál es su mejor actuación. Hay muchas y diversas, pero yo sigo apostando por el apabullante Henry Gondorff. Nadie a estas alturas entiende cómo los inútiles de la academia no le nominaron al Oscar al mejor actor por este impresionante personaje. Es un insulto a la inteligencia. Un premio que se debió llevar de calle. Una interpretación que sólo uno de los grandes podía hacer. Gondorff rebosa clase cuando es necesario. Sabe ser un borracho y un piltrafa. Resulta tan encantador como perverso. Su cinismo no tiene límites, con esa sonrisilla de pícaro tan esclarecedora. Rebosa clase, don de gentes, elegancia infinita. Un timador que es el rey del país en el asunto. Capaz de desplumar a cualquiera que se le cruce en su camino. Un carisma inigualable. Qué más se puede decir de Gondorff, qué mas se puede decir de uno de los gigantes del cine como es Paul Newman. Sencillamente, magistral.

Por todo ello El Golpe es una de las más importantes obras maestras de la historia del cine. Un entretenimiento total, inverosímil en la realidad, una de esas maravillosas mentiras que Hollywood era capaz de ofrecernos. Y, qué duda cabe, el film más elegante de todos los tiempos. Una de las pocas películas que tiene la práctica unanimidad a la hora de ser alabada tanto por crítica, público y academia. Una película que es inmortal.

Media en IMDB: 8,4 (62.445 votos)
Media en Filmaffinity: 8,5 (45.264 votos)
Media en Cinetrivia: 9,03 (58 votos)

jueves, 25 de marzo de 2010

Balance del VI Naciones


El VI Naciones del 2.010 terminó el sábado. Estas dos jornadas no he escrito nada, porque en la sólo tuve la oportunidad de ver el Irlanda-Gales, una cómoda victoria irish sin mucho que analizar. Y, la y última, directamente no vi ningún partido, ya he confesado en este blog mi afición por Irlanda y sabiendo que era prácticamente imposible que se alzara con el título (que con opciones remotísimas llegó a la última jornada) opté por no sufrir y por ver a unos amigos dar un concierto.

Pido también disculpas por no haber escrito dos semanas, la crónica del Barça-Stuttgart fue la noche de San Patricio y además en plena época de exámenes. Poco que comentar sobre ese partido, el Barça fue muy superior al conjunto alemán. No la escribí por borrachera-resaca-exámenes. Así va el país. Sí que he visto los resúmenes de todos los partidos del VI Naciones, por tanto, aquí os dejo mis impresiones comentando la actuación de cada equipo.

Francia: Ha ganado el Grand Slam merecidamente y con claridad. A pesar de llegar al torneo con bajas, los galos han sabido imponerse a cada rival sabiéndoles jugar. Sin que su capitán Dusatoir se haya lucido, Parra, Bastareaud, Palisson o Jauzion han estado en los momentos clave para liderar al XV del Gallo. Ganaron guardando la ropa a Escocia, el baño que le dieron a Irlanda en el segundo partido fue bestial y ahí fue donde seguramente ganaron el torneo. Frente a Gales, a pesar del 0-20 de la primera parte, sufrieron hasta el final, vencieron simplemente porque supieron aprovechar los errores galeses. A Italia se la comieron con patatas dejando a su defensa en evidencia en cada uno de los ensayos. Y, frente a Inglaterra, un partido muy disputado bajo la lluvia, donde tuvieron que resistir hasta el final. Justa vencedora y justa ganadora del Grand Slam.

Irlanda: Tras un 2.009 maravilloso en donde por fin el XV del Trébol se alzó con el preciado Grand Slam, este año han decepcionado. O'Driscoll no ha sido el líder habitual y sólo ha conseguido un ensayo. O'Gara no estaba en forma, pero su sustituto Sexton no ha demostrado ser muy certero en los palos. Su torneo ha sido raro. Se impusieron con facilidad frente a Italia. Cayeron con estrépito frente a Francia, cometiendo demasiados errores en defensa y en ataque. En ese partido, sus aspiraciones al título casi se esfumaron por la diferencia de puntos. El épico partido en Twickenham, intenso, con tensión hasta el final y con Bowe estelar, dio esperanza de volver a creer en este equipo. Contra Gales se pasearon a pesar del mal arranque y ganaron fácilmente. Y, cuando se iban a despedir de Croke Park para volver a dar la bienvenida a Lansdowne Road, caen frente a Escocia de manera incomprensible. Era casi imposible remontar la distancia con Francia en ese partido, pero sí podían ganar tranquilamente la Triple Corona.

Inglaterra: Sin duda, el XV de la Rosa ha sido el equipo que ha ido de más a menos en este torneo. Ganaron a Gales en el primer partido en el centenario de Twickenham, gracias a su gran primera parte, aunque los galeses dieron la cara en la segunda. Frente a Italia sufrieron más de la cuenta, jugando bastante mal y con un Wilkinson fallón. Vencieron por poco. Aunque no jugaban demasiado bien, parecía que iban a optar al título visto el mal partido de Irlanda, y se lo iban a disputar en la última jornada frente a Francia. Contra Irlanda, en un partido tenso, lo disputaron hasta el final gracias al ensayo polémico de Cole. En la Calcutta Cup, empataron con Escocia, también bajo la lluvia. Se lesionó Wilkinson y bien estuvieron a punto de perderlo. Frente a Francia, el partido empezó con cinco minutos trepidantes con drop de Thrin-Duc y el ensayo de Foden. Fue su mejor partido, jugaron bien en ataque y tuvieron dos claras oportunidades de ensayo, pero acabaron cayendo.

Gales: El equipo de las segundas partes. El XV del Dragón sabe jugar al rugby, pero entra a los partidos con una caraja mental descomunal. En el primer partido, su pésima primera parte les hizo perder el choque. En la segunda respondieron, llegando a colocarse a tres puntos casi al final, pero otro error en el pase (muy habitual en este equipo y lo tiene que solucionar) les hizo perder. Contra Escocia, fue algo inaudito. Perdían por 10 a falta de diez minutos. Un golpe de castigo de Jones y dos ensayos les dieron la victoria. En el último minuto ensayaron, sacaron de centro los escoceses y siguieron atacando hasta volver a ensayar. Contra Francia, más de lo mismo. La primera parte no es que fuera horrible, pero dos errores en los pases propiciaron los dos ensayos franceses. Con 20 puntos en contra, Gales reaccionó, jugó a la mano como sabe, Jones metió casi todo y a punto estuvieron de ganar el partido. Frente a Irlanda, no salieron con la caraja habitual del primer tiempo e hicieron 20 minutos buenos. Pero poco a poco se fueron desinflando y los irlandeses les pasaron por encima. Frente a Italia fue un auténtico paseo (otro más) en un partido sin demasiada historia. Es una pena que un equipo con talento como el galés, lo desperdicie sólo jugando bien en las segundas partes. Si jugaran todos los partidos como saben, otro gallo les habría cantado.

Escocia: Tan irregular como siempre. El XV del Cardo es el lado opuesto al inglés, ha ido de menos a más en este torneo. Contra Francia hicieron lo que pudieron y no perdieron por mucho. Frente a Gales, tenían el partido ganado, pero lo perdieron con dos ensayos consecutivos en los últimos cinco minutos, aunque contaban con dos hombres menos por dos claras expulsiones. Frente a Italia, volvieron a hacer aguas y jugaron de pena. No es normal que un histórico como Escocia pierda con un equipo tan flojo como el transalpino. La Calcutta Cup estuvieron a punto de ganarla al final, jugando mejor, pero acabó en empate, con la que evitaron la Cuchara de Madera. Y llegó el sorpresón, derrotaron a Irlanda en su casa. Cierto es que los irlandeses no jugaron bien, pero Escocia supo estar. Los últimos diez minutos fueron trepidantes, con patada de Parks, empate de O'Gara y un golpe de castigo casi imposible de Parks al final, dieron la victoria a los escoceses. Pudieron ganar tres partidos y, aunque es un equipo en clara reconstrucción, poco a poco vuelvan a coger el nivel y luchar por el título.

Italia: Los transalpinos son sin duda el equipo más flojo del torneo. Muchos se siguen preguntando por qué juega este equipo, si no da el nivel. Empezaron perdiendo casi por 20 puntos contra Irlanda, que no se esforzó mucho más. Contra Inglaterra plantaron cara y sólo al final con un drop de Wilkinson, la victoria fue para tierras inglesas. Contra Escocia realizaron su mejor partido. Les tienen tomada la medida a los escoceses y consiguieron imponerse, para evitar la Cuchara de Madera. Contra una Francia en plan imperial, su defensa quedó al desnudo en las jugadas de los ensayos, con unos agujeros enormes y unos errores infantiles de mucho cuidado. Y contra Gales, parecido, poco pudieron hacer. Sería bonito que Italia mejorase en su juego y pudiese algún año (que será dentro de bastantes) intentar disputar el título.

Esto ha sido todo. Quizá no haya sido un VI Naciones brillantes, pero desde luego ha tenido sus buenos momentos, como la lección de Francia a Irlanda; la remontada de Gales frente a Escocia y su segunda parte con un gran juego contra los galos; la épica victoria de Irlanda en tierras inglesas; la Calcutta Cup igualadísima; los últimos minutos del Irlanda-Escocia; y el trabajado partido final de Francia e Inglaterra.

jueves, 11 de marzo de 2010

Real Madrid 1- Olympique de Lyon 1

No nos lo creemos ni nosotros pero... ¡hemos pasaaaauuuu!


SEIS AÑOS PALMANDO EN OCTAVOS

El Madrid vuelve a fracasar en Champions y ya van seis veces seguidas. Su vendaval en la primera parte fue insuficiente, ya que se desfondó en la segunda. El Lyon da la campanada, guardando la ropa en el primer tiempo y volviendo a ganar el centro del campo blanco en el segundo.

La historia se vuelve a repetir. El Real Madrid vuelve a fracasar estrepitosamente en la Champions League, cayendo por sexto año consecutivo en Octavos de Final. Se han cambiado de presidentes, de entrenadores y de jugadores durante todo este tiempo y no ha habido manera de que el Madrid llegase a Cuartos de Final. Ahora se buscarán culpables y todo serán críticas hacia el conjunto blanco cuando hace tres días todo era de color de rosa. El fútbol es muy cambiante. Lo único seguro es que el Real Madrid está sumergido en una dinámica lamentable en Champions, porque caer seis veces seguidas en Octavos no es normal. Algunos deberían dejar de hablar de décimas y pensar más en superar la maldición que les impide llegar a Cuartos.

En lo puramente futbolístico, el Madrid mostró sus argumentos en una soberbia primera parte. Venía el conjunto de Pellegrini de colocarse líder tras remontar frente al Sevilla y con la moral por las nubes para remontar ante el Lyon. Y las cosas se pusieron de cara en el minuto 6. Guti lanza un pase magistral en profundidad, Cristiano Ronaldo galopa la banda izquierda superando en carrera a Cris y bate de tiro cruzado entre las piernas a Lloris. Los merengues igualaron la eliminatoria en sólo seis minutos y con todo el partido por delante.

Cualquiera que estuviera viendo el partido auguraba una goleada blanca. El vendaval madridista en la primera parte fue increíble. Rápida circulación del balón, buscando la banda y teniendo una gran posesión. Guti hizo una muy buena primera parte, Kaká apareció, pero Higuaín falló lo que no está escrito. Por su parte, el Lyon estaba replegado, pero no presionaba en el centro del campo. Su estrategia de no cansarse durante el primer periodo le salió bien, pero los franceses pudieron fracasar ante la avalancha merengue. Su única aparición ofensiva fue un tiro de Toulalan desde fuera del área que se fue desviado a los 18 minutos.



Mira que soy un santo pero, ahora que no me oye, ¡me cagüendiooooos!


Tras el gol de Cristiano, las ocasiones del Madrid se sucedieron. Primero fue Kaká tras dos recortes en el '9 que detuvo Lloris (sensacional partido del meta galo). En el '13, fue Higuaín quien remató alto. El Madrid seguía dominaba el partido en todas las facetas y la sensación de peligro era constante. Pudo ponerse por delante en la eliminatoria en el '25. Higuaín sale disparado hacia la portería y regatea a Lloris que salió fuera del área y, a puerta vacía, el disparo se va al poste. Una ocasión clamorosa que desperdició el Madrid. Tres minutos después, de nuevo Higuaín aprovecha un rechace dentro del área, no ve desmarcado a Cristiano y su ajustado chut lo despeja de manera magistral Lloris. Eran los mejores minutos del Madrid. No tuvo más ocasiones claras, pero siguió dominando hasta el final.

EL LYON SE ADUEÑA DEL CENTRO DEL CAMPO Y PJANIC DECIDE

El entrenador galo Puel- en una jugada maestra- movió piezas y ahí fue donde ganó la batalla táctica a Pellegrini. Kallstrom entró por Makoun para reforzar el centro del campo y cambió de centrales, Gonalons por Boumsong. Gracias a esos dos cambios, el Lyon mejoró notablemente. Tuvo más el control de la pelota, presionaba con mucho más criterio y Kallstrom y Toulalan (otro gran partido el suyo) robaron muchos balones para iniciar las contras y Pjanic dirigió el juego. Pellegrini vio tarde que el Lyon se adueñaba del partido y efectuó tarde los cambios.

Tres avisos franceses en los primeros diez minutos metieron el miedo en el cuerpo al Bernabéu. Primero fue Gonalons de cabeza en el '50 que se fue fuera por poco, Govou mandó un balón a las nubes cuando estaba solo tres minutos más tarde y, en el '56, Lisandro se sacó un obús desde fuera del área que despejó Casillas. Kaká respondió justo después en una contra bien llevada por Cristiano, pero el balón se fue desviado.

A pesar de esa pequeña reacción, el Madrid se fundió. Guti estaba reventado, Higuaín con el punto de mira desviado, Kaká no aparecía como se esperaba (y van seis meses) y Granero no tuvo su día, que fue sustituido por Van der Vaart. El Madrid bajó físicamente y ya no dominaba el partido, aunque el Lyon no creaba casi peligro. Cuando estaban a un gol para pasar, se vio la impotencia de los blancos, que no salieron a comerse a los franceses para demostrar que son mejores. Y no lo plasmaron en el campo. Fueron momentos de centrocampismo, sin llegadas claras. En ese tiempo, sólo un tiro que se fue alto por poco de Van der Vaart en el '73.


Pobre Higuaín, la auténtica imagen de la desesperación


Y en el '76 llegó el mazazo para los blancos. La jugada nace en la banda izquierda tras una pared entre Delgado y Kallstrom, el argentino pasa dentro del área y, entre Arbeloa y Lisandro el balón llega a Pjanic que ganó la espalda a Albiol y consiguió batir a Casillas. El Lyon vio recompensado su esfuerzo en la segunda parte, y estuvo incluso a punto de ganar el partido.

Le quedaba cuarto de hora al Madrid para intentar una remontada épica y Kaká fue el señalado, sustituido por Raúl en busca de más delanteros. Ya a la desesperada entró Diarrá por Arbeloa para rematar posibles centros, pero no sirvió de nada. El Madrid asedió el área del Lyon, pero con más corazón que cabeza. No tuvo ninguna ocasión clara. En dos contras en el descuento pudo sentenciar el Olympique. Cissokho corría la banda izquierda y el Madrid estaba casi sin defensa, su pase llega a Lisandro, se para fuera del área y, con todo para marcar, tira fuera de manera lamentable. Parecía como si lo hubiera hecho adrede. La otra gran ocasión fue para el Chelo Delgado, que corrió desde el centro del campo pero llegó sin fuerzas al área y su disparo se fue a las nubes, con lo que se llegó al final del partido.

Es tiempo para reflexionar en el Madrid. Lo único que les queda es la Liga, aunque no será fácil. Eso sí, sólo tendrán un partido por semana. Seis años son demasiados perdiendo en Octavos. Y, en esta eliminatoria se ha minusvalorado al Lyon. Un equipo serio y trabajador que ha sabido jugar mejor sus cartas, gracias al talento táctico de su técnico, Claude Puel. Al Madrid le ha sucedido lo mismo que al Barça en Copa frente al Sevilla. No se puede ganar una eliminatoria sólo jugando a gran nivel durante 45 minutos. Es un topicazo, pero las eliminatorias duran 180 minutos y hay que estar a gran nivel durante todos ellos para poder pasar. Lo que es evidente es que la galaxia de Florentino, ha vuelto a fracasar.

LAS CLAVES:

El Real Madrid salió de manera arrolladora en la primera parte pero se fue con una escasa e injusta renta al descanso. Desperdició demasiadas ocasiones. En la segunda parte se desfondó, jugó sin alma y perdió la batalla en el centro del campo.

El Lyon esperó jugando atrás sin casi presionar y sin apenas cansarse. Los cambios de Puel fueron claves, consiguieron ganar en el centro del campo con más posesión y robando rápido para hacer contras letales. Así lograron pasar.

El árbitro: El italiano Rizzoli pasó desapercibido. Hubo un posible penalty sobre Higuaín que no pitó, pero acertó. No se complicó la vida en ningún momento. Buen arbitraje.

lunes, 8 de marzo de 2010

En Cartel: Invictus (V)

Título: Invictus
Título Original: Invictus (The Human Factor)
Director: Clint Eastwood
Guión: Anthony Peckham (Novela de John Carlin)
Música: Kyle Eastwood y Michael Stevens
Fotografía: Tom Stern
Reparto: Morgan Freeman, Matt Damon, Julian Lewis Jones, Tony Kgorgoe, Matt Stern, Adjoa Andoh, Patrick Mofokeng
Año: 2009 Duración: 134 mins Color
SINOPSIS: Nelson Mandela acaba de ascender a la presidencia de Sudáfrica en 1994. El país vive en el apartheid, donde los negros son discriminados por los blancos. Un año después, se celebra la Copa del Mundo de Rugby, escenario ideal que utiliza Madiba para unir a la población.






Ya sé perfectamente que sigo en las mismas y que pongo los estrenos más de un mes después desde su lanzamiento. Pero es que cada uno ve las pelis cuando puede e Invictus, sigue en cartel en unos cuántos cines...

MANDELA Y EL RUGBY

Invictus es la última gran película del maestro Clint, que refleja cómo Sudáfrica vivió y cambió a partir del Mundial de Rugby de 1995.

La película se centra en la estrategia política de Mandela de utilizar el rugby como arma para unir a la población negra y blanca sudafricana, que vivía en el apartheid. Eastwood desarrolla la historia sin complicaciones, de manera lineal y con una exquisita sencillez.

Lo que realmente me ha sorprendido, son algunas críticas por parte del público. Sinceramente, creo que no sabían lo que iban a ver. Es evidente que, una película con el gran Nelson Mandela como protagonista puede dar muchísimo más de sí. Es un personaje con el que se pueden hacer muchísimas películas centrándose en diferentes momentos de su vida, a saber: sus luchas políticas antes de entrar en prisión, su estancia en la cárcel, su vida después de ella hasta ser el presidente... Simplemente Eastwood escoge cómo vivió el país el Mundial de Rugby. Es uno de los momentos más importantes de la historia reciente de Sudáfrica, y se encarga de desarrollarlo a la perfección. Pues eso es simple y llanamente lo que nos encontramos en Invictus, la política de unión y paz de Mandela y el rugby. No hacía falta nada más.


¡Vaya mierda de té me ha dado la sirvienta!


Bien es cierto que no todo pueden ser alabanzas hacia el film y que tiene sus errores. La película trata de emocionar al espectador y tocarle la fibra sensible, con momentos realmente emotivos, pero muchos otros llenos de azúcar demasiado exagerados, cayendo en algún que otro tópico de cintas de este subgénero. Parece la típica película de deportes, lo que sucede es que la historia sucedió así y Clint se encarga de ser fiel a ella. La práctica ausencia de B.S.O. es otro fallo, pudo ser un recurso bien aprovechable para dar más épica y dramatismo al film. Y otro de los puntos
flojos es que es algo irregular, con algún que otro momento aburrido.

Siguiendo con lo positivo, Eastwood expone con cuatro pinceladas bien realizadas la situación del país. Una Sudáfrica llena de odio, de racismo, que quiere saldar viejas rencillas. Que los blancos no toleran a los negros ni viceversa. Y la diferencia de los deportes. El fútbol es el deporte de los negros y el rugby es el de los blancos.

La obra de Eastwood es un homenaje a la figura de Nelson Mandela. Poca gente lo ha querido tomar así, pidiendo un punto de vista sobre el personaje más real y algo más crítico. Por supuesto que Mandela tenía sus defectos, pero el propósito del film no es enseñar la vida y obra del ex-presidente de Sudáfrica. El mensaje es diferente y Clint lo transmite a la perfección: paz, fraternidad y respeto. Cuando todo el mundo creía que Mandela iba a instaurar un apartheid a la inversa, surgió él. Un hombre capaz de perdonar y de querer unir a sus compatriotas. Ése es su principal objetivo y lo que consigue a través del rugby. Su astucia para utilizar un deporte como instrumento político es magnífica, pero como un instrumento político para el bien común del pueblo, no como beneficio propio para sacar tajada.Vemos cómo vive el Mundial como si fuera un hincha más, cómo respeta uno de los símbolos de la población blanca. No sólo se interesa sino que se mete de lleno en el deporte. Su afán por aprender y entender lo que significa tan noble deporte.


Como no ganemos... ¡os voy a reventar a todos!


Otro de los aspectos que trata el film es la seguridad. En un principio, la seguridad se utiliza como elemento para transmitir el odio racial. Pero, poco a poco, vemos su trabajo y cómo organizan todo para que no sucedan altercados. y se preocupan por la integridad de Mandela. No sé si John Carlin lo escribió así en su libro, aunque es un aspecto importante, ya que estamos a las puertas de un Mundial de Fútbol en el mismo país y la seguridad es el tema más importante (tras lo sucedido con la selección de Togo en la Copa de África de Angola). Ojalá sea tan buena como la de la película.

Y llegamos al rugby. Por fin una película se encarga de homenajear a este grandioso deporte. Ya iba siendo hora. Las escenas de los partidos están rodadas de manera genial. Esa cámara que sigue al jugador, esas melés desde abajo. Dichas escenas, son el punto fuerte de la impecable dirección de Eastwood, tan sobria como siempre nos acostumbra. Son partidos de rugby intensos y muy logrados. Eso sí, sus fallitos tiene. Eastwood se toma la licencia del tiempo muerto para dar más dramatismo (un poco fuera de lugar) y lo de las patadas de inicio... en fin, bastante lamentables. Si das esas patadas de saque, no vales para este deporte. Qué diría el actual pateador y apertura sudafricano Percy Montgomery...

Aunque no era su objetivo, hubiera sido grato ver un tratamiento sobre el deporte. De transmitir sus valores de respeto al rival y al árbitro; de un deporte colectivo lleno de compañerismo; de hermandad entre aficiones; de respeto mutuo. Porque, como bien se dice en el film: "el fútbol es un deporte de caballeros jugado por villanos y el rugby es un deporte de villanos jugado por caballeros"


No me apriete la mano, sr Mandela...


Lo que resulta increíble es la evolución del equipo. Para el no iniciado en el rugby, puede suponer que es inverosímil. Hay que tener en cuenta que los Springbox no había participado en las dos anteriores ediciones del Mundial, por lo que su potencial era escaso. Se enfrenta y pierde estrepitosamente frente a Inglaterra (la subcampeona por aquél entonces) en uno de los partidos de preparación y la dificultad de ganar el Mundial era máxima, nadie en el mundo del oval se lo esperaba. Es un equipo que se supera en cada partido y logra lo imposible. Enfrentarse en la final a los All Blacks del grandioso Jonah Lomu (los sempiternos favoritos) es ya todo un premio. Además, se ciñe perfectamente a lo que fue el partido, desarrollándose tal y cómo fue. Hubiera sido mucho más fácil que hubiera varios ensayos, pero eso no se correspondería con la realidad. Para los interesados en el deporte, Sudáfrica conquistó el título en el último Mundial, en 2007.

En cuanto a las interpretaciones, un Matt Damon cumplidor. Es el capitán de la selección, Pienaar, sabedor de que su equipo no es de los más potentes. Entabla conversaciones con Mandela, del que recelaba, hasta que ve a un buen hombre dispuesto a ayudar. Se encarga de liderar a sus hombres y a transmitir el mensaje de Madiba. Y portentosa actuación de Morgan Freeman. Un papel que le va como anillo al dedo, por su parecido físico y por su rol de hombre sabio y amable. Freeman transmite el entusiasmo de Mandela, su optimismo, su saber estar. Un hombre sereno que quería la paz y la unión de sus compatriotas. Un hombre que sabe perdonar, escuchar y olvidar. Un hombre que creía en un país mejor. Un hombre que lo consigue. Un gran político, ojalá hubiera muchos más "Madibas" en el mundo, seguro que nos iría mucho mejor. Grande Morgan Freeman.

Invictus es un buen drama más de Eastwood, aunque lejos de sus obras maestras. Pero el Todopoderoso demuestra una vez más que, pese a sus ochenta años sigue siendo capaz de realizar cine de calidad, que llega al espectador. Y de eso pocos pueden presumir. Muy buena película, recomendable para los fans de Eastwood, de los admiradores de Mandela y del rugby.

Media en IMDB: 7,5 (14.416 votos)
Media en Filmaffinity:
7,1 (8.213 votos)
Media en Cinetrivia:
7,13 (8 votos)

martes, 2 de marzo de 2010

Inglaterra 16- Irlanda 20

¡El gran Bowe señalando que es el número 1!

SUPERBOWE

Irlanda se impuso gracias a los dos ensayos de Bowe en un gran partido muy disputado. Los ingleses lucharon como titanes hasta el final. Irlanda recupera sus opciones, mientras que Inglaterra pierde algunas.


La tercera jornada del VI Naciones para ingleses e irlandeses se presentaba de manera distinta para ambos conjuntos. Inglaterra debía ganar para seguir optando al Grand Slam y para que los franceses no se distanciaran. Por su parte, Irlanda necesitaba recuperar el crédito perdido tras su nefasto partido en St Dennis.

El partido fue igualadísimo en todos los sentidos. Tanto en defensa como en ataque, aunque los irlandeses estuvieron mucho más certeros a la hora de conseguir ensayar. De hecho, lo hicieron muy pronto. En el minuto 4, Sexton (que sustituía a O'Gara, damnificado por la derrota ante Francia) corría por el ala derecha y dio una patada a seguir. Tommy Bowe consiguió ganar la carrera a Wallace y se lanzo hacia el oval para posar. Sexton no consiguió transformar la lejana patada, pero Irlanda se colocó 0-5 en sólo cuatro minutos. Seis después, Wilkinson falló un drop, pero tuvo la oportunidad de arreglarlo, ya que era ventaja y lanzó un golpe de castigo. El oval dio en el palo, para desgracia inglesa.

Los ingleses empezaron a dominar el partido. Atacaban más y llegaban con más frecuencia a la línea de 22 irlandesa. Pero, esta vez, se encontraron con una Irlanda diferente. Todo lo que no defendieron en St Dennis lo hicieron en Twickenham. Su delantera se impuso a la inglesa, no les dejaron pasar en ningún momento. Resistieron muchas acometidas del XV de la Rosa. A pesar de ello, Inglaterra consiguió reducir distancias en el '16, Wilkinson convirtió el golpe de castigo. En el '30, fue Sexton el encargado de aumentar la ventaja de Irlanda con un golpe de castigo al que respondió Wilkinson en el minuto 37. Inglaterra atacó más, pero Irlanda defendió muy bien y aprovechó su oportunidad de ensayo. Se llegó al descanso con máxima igualdad: 6-8.


¡Aquí puede haber hondonadas de hostias!


En la segunda parte, se vio a dos equipos que lucharon hasta la extenuación por llevarse el partido. Los dos pelearon como titanes. No se andaban con contemplaciones y ambos se lanzaron a la 22 rival para lograr la victoria. Uno veía el partido y sabía que podía pasar cualquier cosa, que no había un claro dominador y que la moneda podía caer de un lado o del otro.

Primero golpeó el XV del Trébol, que salió mejor en esta segunda mitad. Corría el minuto '56 cuando, tras una touch y el siguiente maul, O'Leary consiguió abrir el ruck hacia el lado izquierdo cerrado, Sexton recibió y pasó a Earls que, libre de marca, ensayó. De nuevo los irlandeses ponían tierra de por medio a pesar de que Sexton volvió a fallar la escorada patada. La respuesta del XV de la Rosa no tardó en llegar. Tras encerrar en la 22 a los irish, consiguieron varias melés a 5 metros y estuvieron a punto de obtener un ensayo de castigo. En el '61, los ingleses consiguieron llegar a la línea de 5 irlandesa, entre palos y se lanzaron a empujar. El oval lo recogió Cole y se lanzó a ensayar. No fue nada claro, ya que había manos irlandesas de por medio. Las repeticiones no consiguieron despejar dudas pero, el juez de televisión debía tener una mejor que las aquí ofrecidas, porque sino, no concedería el ensayo inglés. Con cierta polémica sí, pero en este deporte, la limpieza y la honestidad arbitral no se cuestiona en ningún momento. Wilkinson se encargó de la formalidad y colocar un empate a 13 a falta de menos de veinte minutos.


El pobre O'Driscoll en la camilla


Tres minutos después, se produjo la jugada desafortunada del partido. O'Connell iba corriendo y no vio a su compañero O'Driscoll en el suelo y, la mala fortuna quiso que le golpease con su rodilla en la cabeza. O'Driscoll quedó aturdido y tuvo que ser sustituido, pero todo quedó en un susto. Los ingleses, crecidos, buscaron la victoria. Wilkinson tuvo la oportunidad en el '67 de poner en ventaja a su equipo, pero erró el golpe de castigo. Ni él ni Sexton tuvieron su día. Pero, cuatro minutos después, el apertura inglés sacó todo su orgullo para redimirse de sus fallos. Wilkinson pateó un drop con su pierna mala, la diestra, y puso por primera vez en el partido la ventaja para Inglaterra .

El XV de la Rosa se sentía seguro de la victoria, pero ahí apareció Bowe. A falta de seis minutos, Irlanda ganó la touch y O'Leary cedió a Bowe. El irlandés corrió la 22 inglesa, evitando dos placajes y ensayo de manera grandiosa para delirio del XV del Trébol. O'Gara (que relevó a Sexton) colocó el 16-20 final, aunque Inglaterra tuvo una última oportunidad. Tras un largo maul de 20 metros, llegaron a la línea de 5, pero acabaron perdiendo el balón. Y el tiempo se terminó. Gran victoria irlandesa, en un partido muy disputado, lleno de tensión y de momentos de dominio para ambos conjuntos. Coraje y valentía demostraron ambos equipos y hay que aplaudir el tesón inglés. Pero la gloria y la épica se la llevaron Irlanda, con la firma de Tommy Bowe.

lunes, 1 de marzo de 2010

Gales 20- Francia 26

Típica pose de ensayo


FRANCIA APROVECHA LOS ERRORES GALESES


Francia se impone gracias a su renta de la primera parte, con dos ensayos tras errores clamorosos de Gales. Los galeses sólo respondieron con épica y buen rugby en la segunda parte. Francia es el único equipo que aspira al Grand Slam.


En la 3ª jornada del VI Naciones, galeses y franceses llegaban con la moral por las nubes. Los primeros tras remontar 10 puntos de desventaja frente a Escocia en Murrayfield para acabar imponiéndose y los segundos tras derrotar con contundencia a los defensores del Grand Slam, Irlanda.

El partido en el Millenium Stadium fue completamente diferente en cada una de las partes. Se puede decir que fueron dos partidos distintos. En el primer período, Francia fue muy superior a Gales y, en el segundo, los galeses fueron los que llevaron el peso del partido.

En la primera parte, no es que el XV del Gallo realizara asaltara la 22 galesa cada dos por tres. Porque fue una parte muy rocosa, con pocas llegadas a la 22. Los franceses defendían tan bien como saben, a pesar de que la delantera galesa supera en kilos a la francesa. Pero, lo mejor que tiene Francia es que es un equipo que apenas comete errores. Y juega de manera inteligente, aprovechando los del rival. En el minuto 6, las cosas se ponían de cara para los galos. Hook falló claramente un pase que fue interceptado por Palisson, que corrió solo para posar entre palos. Parra se encargó de transformar, colocando el 0-7. El domino francés quedó reflejado con dos golpes de castigo más transformados por Parra (otro buen partido del medio-melé), el primero en el '20 desde la línea de 40 y el segundo siete minutos después.


¡Parece que el balón me va a empotrar!


Y es que el principal problema del XV del Dragón durante este VI Naciones, es que entra completamente fría a los partidos. En las primeras partes comete muchos errores, no está centrada y parece que juegan por jugar. Pero en las segundas cambia completamente y juega un rugby de alto nivel. Si hubieran sido más regulares, hubieran tenido opciones de conquistar el título, algo prácticamente imposible a estas alturas del torneo. Y otro de esos errores llegó en el último minuto de la primera parte. En el ala derecho, Shane Williams realiza un mal pase desde el suelo y Thrin-Duc cazó el oval- y casi comete avant- y se fue para ensayar. Parra pasó el ensayo colocando el contundente 0-20, quizá una excesiva ventaja, pero en este deporte los errores se pagan muy caros.

En la segunda mitad, Gales salió completamente nueva. Con fuerzas renovadas, empujando con una encomiable garra que a punto estuvo de tener premio. Parecían otros jugadores. Los galeses salieron al campo para asaltar la 22 francesa. Su dominio fue muy claro, obligando a defender (que no lo hicieron nada mal) siendo capaz de doblegar al XV del Gallo en muchas jugadas. Gales es un equipo que en las segundas partes se crece, que domina el juego y practica un muy buen rugby. En los diez primeros minutos, Stephen Jones transformó dos golpes de castigo para acortar diferencias, 6-20.

Aunque los galeses dominaron, siguieron algo imprecisos en los pases y cometieron el tercer error de bulto. Un golpe de castigo a pocos metros de la línea de ensayo para enviarlo a touch y realizar jugada, Byrne dio una malísima patada que se fue detrás de la línea de ensayo. Una oportunidad perdida para los galeses que, a la postre, también les costaría el partido. En el '62, llegó el premio del ensayo, fruto del esfuerzo galés. Una gran jugada de ala a ala que merece la pena disfrutar. Rees limpia el ruck y abre para Bennet que combina con Stephen Jones que es placado, pasa para Shane Williams que realiza un largo pase al ala izquierdo donde aparece Halfpenny, que corre como un gamo para posar. Jones transformó, dejando el marcador en 13-20.


¡Voy a ensayar, no me lo creoooorl!


Parra fue expulsado, pero las cámaras no reflejaron el momento. Gales siguió atacando, pero no fue capaz de ensayar con uno más. En cambio Francia, consiguió en el '72 un golpe de castigo transformado por Michalak. Seis minutos después, fue Parra el encargado de convertir otro golpe de castigo, sentenciando definitivamente el partido, aunque aún hubo más. Palisson realiza una mal patada a seguir y Shane Williams recoge el balón en la línea de 40. Se va por el ala y Chabal se lanza a placarlo pero Williams le evita. Su siguiente obstáculo es Parra al que consigue fintar y, ya casi en la línea de ensayo, Palisson no puede detenerle y ensaya. Probablemente sea el ensayo del torneo, un carrerón de 40 metros donde Williams esquiva a tres rivales. Precioso. Jones puso el 20-26 final, Francia lanzó a touch para evitar un posible ataque galés y el partido terminó.

Buena victoria francesa, que supo administrar la renta de la primera parte. Gales parece que sólo sabe jugar al rugby en las segundas partes, pero es digno de aplaudir la enorme entrega del XV del Dragón. Los franceses suman así su tercera victoria, siendo los máximos favoritos para alzarse con el trofeo. Por último y como dato curioso, resultaba cómico ver cómo las camisetas del XV del Gallo se desteñían y sus pantalones blancos se convertían en azules.