viernes, 16 de abril de 2010

Yo crispo, tú crispas, él crispa (II)

Son toscos, vulgares y zafios como ellos solos...


Queda por analizar el otro bando, que es la prensa barcelonista. Y, desde luego, éstos no se quedan atrás en una carrera de larga distancia por ver quién hace peor periodismo. De todos es conocido que la prensa y la afición culé han sido victimistas a lo largo de los años. Ambos bandos consideran que ellos siempre salen perjudicados por los arbitrajes, que todo el mundo está en contra de ellos y que el Madrid es el diablo, el malo malísimo que todo lo puede y que siempre está al acecho del Barcelona. Lo cierto es que esa tendencia ha ido desapareciendo progresivamente, al menos en las nuevas generaciones de aficionados, que han conocido un Barça ganador, que le juega siempre al Madrid de tú a tú. Pero, lejos de mirar a las nuevas generaciones, la prensa catalana no ha aprendido la lección.

En el tema fundamental del artículo, que son las polémicas arbitrales de estos últimos tres meses, las reacciones de Sport y El Mundo Deportivo han sido tan patéticas como las acusaciones de sus compañeros madrileños, con lo que demuestran su poca inteligencia a la hora de responder. Los dos diarios han perdido una oportunidad histórica de contestar a su competencia con elegancia, señorío y dando una lección de buen periodismo. Cualquiera que haya seguido la trayectoria de los dos periódicos, sabe que las oportunidades de ser mejores diarios están perdidas, no van a cambiar, que siguen realizando el mismo amarillismo y periodismo de hooligan. Pero, lo que es evidente, es que muy pocas veces en la vida se presenta una ocasión inmejorable de dar una lección, de enseñar a tu “enemigo” cómo se han de realizar las cosas, de ser el ganador. Y no sólo han perdido esa oportunidad, sino que han seguido siendo igual de lamentables, algo que no extraña en absoluto, pero que sigue indignando.

En lugar de realizar una labor informativa desmintiendo las teorías de la conspiración sobre el arbitraje, aportando datos de partidos, diciendo que no existe tal conspiración, que la Liga es una competición que no tiene ningún indicio de ser manipulada, que estamos en un juego limpio, etc. Pues no. Ellos se tienen que inventar la mayor, y en vez de negar la mentira, se superan creando una más grande. Sostienen que los árbitros son los que perjudican al Barcelona y benefician al Real Madrid.


Josep María Casanovas, el boixo number one


Pero hasta realizando esas respuestas son menos inteligentes que sus compañeros merengues. Mientras que la prensa madrileña ha realizado lo que se dice una buena campaña, en cuanto a marketing, continuidad con la misma idea intentando que parezca sólida, repitiendo una mentira mil veces con la que intentan que acabe siendo verdad, la prensa catalana no ha sabido (quizá por falta de inteligencia o de poder mediático, o de las dos) realizarlas a esa escala. Han sacado portadas lamentables en días aislados, es decir, cuando han perjudicado a su equipo. Traducido al castellano: hablan de los árbitros sólo cuando a los señoritos les interesa. Y no han seguido con la cantinela. Alguno puede pensar que eso les honra, que no dan la tabarra día y noche con la manida conspiración. Craso error. Si se pretende realizar buen periodismo deportivo, no se pueden lanzar ese tipo de artimañas viles y rastreras, aunque no se siga con la cantinela todo el tiempo. Esas portadas, esos artículos, nunca debieron existir.

Esta línea editorial de Sport y El Mundo Deportivo viene desde siempre. El victimismo de los dos periódicos es alarmante. Han intentado vendernos la solemne tontería de las Ligas y Copas de Franco, que el Real Madrid es el poderoso, el equipo del gobierno y, que si no gana jugando bien, gana por decreto. El Barça son los santos absolutos, los niños buenos que pelean, se sacrifican y que intentan mejorar día a día. Ni tanto ni tan calvo. Como dije párrafos atrás, si estos señores creen que ha habido torneos adulterados y manipulados, que se atrevan a denunciarlos. Pero con base sólida, datos, etc. Pero, como no los tienen, no lo pueden hacer. Son mentiras, bulos que intentan vender, escriben lo que el lector quiere leer. Es la forma más zafia de vender periódicos, el todo vale.



¡Ay tía que no soporto que un día nos arbitren mal!


Tanto el director de El Mundo Deportivo- Santi Nolla- como el de Sport, Joan Vehils (aunque su fundador es el que más bilis escupe, Josep María Casanovas) han caído en la trampa de la prensa blanca. En el penoso del “y tú más”. Los unos lanzan una tontería para ofender y los otros caen de manera más estúpida en su juego, respondiendo cuales niños de cinco años en el patio de colegio, intentando ser los que más daño hacen. Se cansan enseguida porque no tienen tanto poder como sus rivales de ventas, pero vuelven a tropezar en la misma piedra no ya dos veces (ojalá fueran dos) sino tropecientas. Ellos creen que alguien tiene que limpiar el nombre del Barcelona o defender al barcelonismo, lo único que hacen es dañar seriamente la imagen del club y del aficionado.

Por desgracia, el hooliganismo de Santi Nolla y Josep María Casanovas no se queda ahí. Hay mucho más. Es evidente que ambos periódicos tienen una línea editorial prácticamente idéntica, y es esta: defender, apoyar y amar sobre todas las cosas al Barcelona y criticar, atacar e intentar desprestigiar al Real Madrid. Lo único que les diferencia es que en El Mundo Deportivo se salvan algunos columnistas y en Sport no llegan ni a tres. A estos señores nunca les puedes pedir que saquen en portada a su eterno rival cuando gana un título (aunque ya ha sido señalado el motivo por el que lo hacen As y Marca). Pero sí que se les debe exigir un mínimo de inteligencia, aunque, visto lo visto, parece un deseo utópico.


El de la izquierda con cara de bobo es el juntaletras del Nolla...


Cuando estos diarios redactan crónicas de los partidos del Real Madrid, son para mear y no echar gota. Los blancos nunca, jamás de los jamases hacen algo bien. Algún jugador o algún bonito gol, poco más. Si ganan, o ha sido por los árbitros, o porque el rival era muy flojo. Nunca juegan bien, no se lo merecen, no se han esforzado. Si es por goleada, es porque el equipo rival eran madres, no porque les arrasaran. Y si pierden, bueno, es el fin del mundo. Ya se proclaman campeones (la prepotencia madridista, que también es histórica, la recogen los señores que escriben en estos diarios, no los culés) creyéndose los mejores del mundo con cualquier tropiezo blanco. Como digo, una derrota- y hasta un empate, si me apuran- es el caos total, el desorden absoluto, un viaje a la deriva. Eso sí lo sacan en portada.

Recogiendo el asunto arbitral, dentro de las ya citadas crónicas también son de traca. Si a los merengues les pitan un penalty a favor, no era. Si es en contra, es que está en el manual de la explicación de lo que es un penalty. Si hay uno dudoso a favor del Madrid que no se pita, el colegiado acierta de lleno. Y si es para el equipo rival y no se pita, escándalo, sí, sí, sí así gana el Madrid y toda esa morralla. Aplíquese estos criterios en expulsiones, tarjetas o fueras de juego, apréndase al dedillo y ya uno puede escribir en estos panfletuchos. Son incapaces de analizar las cosas con rigor y con criterio, sus gafas blaugrana les nublan la vista.

Basten cuatro imágenes para definir todo lo anteriormente redactado. Cada una de los cuatro panfletos (a veces del humor) el día en que se decidía la sanción para Cristiano Ronaldo por su golpetazo a Mtliga, al que rompió el tabique nasal. Obsérvese como los cuatro intentan meter presión al Comité de Competición, el encargado de dictaminar la sanción. En un solo día, los cuatro se superaron, se pusieron de acuerdo para realizar cuatro portadas que dan ganas de vomitar.




El día en que los cuatro se pusieron de acuerdo en ver quién lo hacía peor...


Esta forma de hacer periodismo vulgar tiene una explicación. La moda de la crispación viene de lejos, no sólo de la ya mencionada política. Sin duda alguna, esta forma de tratar noticias, partidos, debates políticos, o cualquier evento, proviene de la prensa del corazón. El estallido de este tipo de programas se ha producido durante esta triste primera década del siglo XXI y ha absorbido el cerebro a un montón de gente, con sus mensajes dañinos, manipulados y fomentadores de la más absurda y estúpida violencia. Por muy lamentable que sea y por mucho que la sociedad no lo quiera reconocer, vivimos en la cultura de la prensa del corazón.

Esa telebasura, esos programillas del tres al cuarto que abanderan cadenas como Antena 3 y TeleCinco han invadido las parrillas televisivas. Las revistas también se multiplican. El bombardeo es constante. Y, aunque la mayor parte de la población es consciente de que ese tipo de prensa es la más inmunda escoria, y muchos afirman que no lo consumen, es mentira. Ahí están los datos de audiencia. Ahí están las revistas españolas más vendidas. Son datos, son hechos, la prensa del corazón triunfa en este país y parece que no hay forma de pararlo.

Al ver el masivo éxito de estos programas ¿qué han hecho los medios de comunicación? Sencillo, adaptar los formatos del cotilleo para realizar programas con un contenido supuestamente diferente, bien sea político o deportivo, pero que tienen un mismo objetivo: el morbo, crispar al consumidor, crear tensión, sacar debates estúpidos y absurdos que a nadie le interesa. Remover mierda, insultar, manipular, mentir descaradamente. Tratarnos como si fuéramos imbéciles. No es tan evidente esto en la política (al menos la prensa no nos trata como subnormales) pero sí en la deportiva. Ese aura que muchos periodistas se creen que tienen, poseedores de la verdad absoluta, que intentan disimular la realidad a base de mentiras que sólo ellos mismos se creen. Ellos son únicos, intocables, casi seres superiores. Que se vayan bajando del guindo.

¿Y por qué realizar este tipo de periodismo en vez de apostar por la objetividad, el rigor, la coherencia y la verdad? Por lo mismo. Porque vende. Todos esos principios que se aprenden en la facultad de periodismo (o se supone que te enseñan) desaparecen de un plumazo. Todo vale, cualquier noticia inventada, cualquier columna de ultra sin cerebro, lo que sea con tal de ganar pasta gansa. De vender más ejemplares, de tener más oyentes o espectadores. Lo importante es ser el líder. Hacerte oír con cualquier burrada. Lo que sea por llenarse los bolsillos. Mal que nos pese, la prensa sigue siendo el cuarto poder, la deportiva- la que nos ocupa- ejerce una influencia en aficionados (y no sería descabellado decir que hasta en los clubs) descomunal.

Hay gente al que la política, el deporte o el corazón no les importa en absoluto. No es que sean más inteligentes- me puedo llamar muchas cosas, pero no estúpido- pero sí viven más tranquilas, alejadas de todo esa mediatización de banalidades. Sólo queda decir que el consumidor de prensa debe exigir inteligencia. Un trabajo bien hecho. Productos de calidad bien realizados. Las radios, los periódicos y las cadenas de televisión tienen un poder cuasi infinito. Deberían ejercerlo para culturizar, para enseñar conocimientos, para educar, que sean instructivas y que sirvan de algo. Porque todos tenemos algo que aprender y con los medios de comunicación podríamos hacerlo, de no ser por el bombardeo de basura diario. Es evidente que hay espacios de una alta calidad, sólo hay que saber buscarlos.

En cuanto a la prensa deportiva, no todo está perdido. Aún nos quedan Santiago Segurola, Juanma Trueba, Perarnau, Miguel Rico, Ramón Besa, José Sámano, Elías Israel, Orfeo Suárez o Axel Torres. Y los reportajes maravillosos de Canal +. Y se nos ha ido Juan Manuel Gozalo. Que descanse en paz este profesional que lo dio todo por lo que más amaba.

PD: Aunque el señor Louis tendrá cosas mejores que hacer que leerme, le doy las gracias por su blog La Libreta de Van Gaal, por las portadas usurpadas y por criticar día a día a un sector que tan creído se lo tiene.

1 comentarios:

Unknown dijo...

Buenas:

lo has partido, ches, podrían aprender de tí.

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